Diego Valeri no es un personaje típico dentro del fútbol latinoamericano. Y tampoco lo es dentro de la MLS. Hablamos de un futbolista refinado -el Jugador Más Valioso de la MLS 2017- que tiene y expone inquietudes sociales a veces no demasiado frecuentes en el ámbito del deporte.
MVP de la MLS declara su amor por su ciudad de acogida y no descarta convertirse en entrenador a futuro
"Casi sin darme cuenta conocí una ciudad que me completó en muchos sentidos", aseguró Diego Valeri al hablar de Portland, el lugar en el que vive desde hace 5 años.
Se trata de un enganche pensante, capaz de aplicar el valor de la pausa dentro y fuera del terreno de juego. Con la familia como prioridad, el bonaerense conversó de lo que pocas veces se habla cuando se entrevista a un artista del balompié. Fe, historia, psicología, teología y su sentido de pertenencia a su ciudad de acogida. El mérito es del periodista Sebastián Varela del Río y su entrevista, publicada por el periódico porteño Página/12.
Valeri nació en Lanús, en la zona sur del Gran Buenos Aires. No perdió un ápice de la cultura natural y aprendida de su tierra natal, pero hoy es parte de la ciudad de Portland. El lugar en el que encontró cinco años atrás -junto a su familia- la paz que había perdido. Si bien lejano en el tiempo, el recuerdo del asalto que él y sus seres más queridos vivieron en Argentina sigue presente.
Llegaron ofertas de México y Estados Unidos cuando los Valeri buscaron un nuevo lugar. Y el sí definitivo se lo dieron a los Timbers. "Casi sin darme cuenta conocí una ciudad que me completó en muchos sentidos y con la que estoy agradecido", aseguró Diego. "Portland es un lugar en el que se vive la pasión por el fútbol y siento que estoy donde quiero estar".
"Quería ver crecer bien a nuestra hija y eso está pasando", insistió el 10 que lleva el 8 en su espalda. "A partir de ahí, todo se vuelve más fácil. Esa es la prioridad, incluso antes que el fútbol o cualquier otra". La vida de Valeri no solo cambió en sentido positivo en el plano familiar, sino que sus prioridades profesionales cambiaron un poco con la mudanza. "Ellos [los estadounidenses] no piensan las 24 horas en esto como nosotros. No son así y creo que pude pasarles esa pasión. Y, a su vez, yo me di cuenta que hay otra vida detrás del fútbol. Es un lugar hermoso, Portland. Acá me cobijaron. Me siento querido".
En esa 'otra vida' detrás del fútbol, el mejor jugador de la MLS 2017 se da tiempo para explorar y ampliar su conocimiento sobre filosofía, historia y teología, tres pasiones que mantienen a Diego permanentemente con libros al alcance de la mano. Y que lo inducen a expresar su fe de manera periódica. "Pienso que las buenas obras expresan la fe católica. El obrar con paciencia en el bien. Hacer el bien por dios. Buscar al bien. Porque al bien hay que buscarlo, no llega sin que uno lo haga", avisa el futbolista.
Antes de llegar a Portland Timbers, Valeri jugó para el Porto, en Portugal. De su paso por ese equipo europeo el argentino se quedó con las largas sesiones de terapia con el psicólogo del club. "Trabajábamos cosas concretas, como qué pensaba en los partidos. O qué me pasaba entre pelota y pelota. O cómo me predisponía para la siguiente jugada", reveló. "Los jugadores tocamos la pelota poco en un partido y el resto del tiempo estamos corriendo y pensando", reflexionó el volante ofensivo.
En este momento el capitán de los Timbers no imagina una vida fuera de Portland, incluso cuando su carrera como futbolista haya terminado. ¿Se convertirá en entrenador cuando ese momento llegue? "Es una chance", respondió. "Todavía no lo tengo claro. Si mi hija me echa de mi casa cuando me retire, algo tendré que hacer".