Orlando City y Chicago Fire complicaron su futuro con empate 1-1 en medio de tormenta
Un autogol rescata a un Orlando City que pudiera haber sumado otra derrota
En cuanto a lo poco que se jugó, para ambos conjuntos los tres puntos en disputa resultaban sumamente importantes para sus posibilidades matemáticas de seguir en la lucha por un lugar en la postemporada.
Por ello no extrañó que ambos salieran con intensidad a buscar el encuentro desde temprano.
Orlando decidió colocar desde el arranque al colombiano Carlos Rivas como extremo por la izquierda, y con ello llegó con mayor presencia al área rival.
La visita dispuso de una buena ocasión apenas a los 4', cuando en un contragolpe David Accam quedó solo en la izquierda, entró al área y sacó un disparo que pasó por un costado del arco.
El Fire abrió el marcador a los 30' cuando David Accam no dio por perdido un balón por la izquierda. Con la complacencia de los defensores, que no lucharon el balón hasta el final, la tomó antes de la línea final, buscó ángulo y batió a Tally Hall con un remate bajo para el 0-1.
Los locales reaccionaron tras el fuerte impacto y no tardaron mucho en conseguir el empate. Un centro de Lewis Neal a los 37' fue desviado al fondo de la red por el defensor Eric Gehrig, molestado por Cyle Larin, para un autogol que representó el 1-1 con el que se fueron al descanso, atípico por cierto pues sólo fue de 10 minutos.
El desgaste se hizo evidente en ambos pero Orlando City conservó el dominio en la posesión cuando arrancó la etapa completaria.
A los 58' los de púrpura tuvieron una clara cuando Rivas sacó la marca de un rival y la cedió a Kaká, quien entraba libre de marcas por el medio, pero su remate se fue por un costado del arco.
Los cambios en uno y otro equipo le bajaron intensidad al duelo, al tiempo que los de casa eran victimas del desespero al no conseguir el resultado.
La más clara de todo el segundo tiempo la tuvo el local al 82' en una gran acción de Cyle Larin quien se sacó a un marcado con un túnel y entregó de forma inmejorable a Rivas, quien la estrelló en la base del palo, ahogando el grito de gol.