El proceso de Óscar Pareja ha sido muy exitoso en FC Dallas, pero aún tiene una cuenta pendiente: hacer valer su etiqueta de serio contendiente a la MLS Cup y por fin ganarla – o por lo menos meterse a la gran final.
¿Por qué este puede ser el año de FC Dallas a pesar del fracaso de la temporada pasada?
Las expectativas estuvieron por los aires durante 2016 y 2017, pero terminaron decepcionando. Hoy reina el escepticismo, pero eso puede cambiar pronto.
En 2016, Dallas alcanzó la cúspide de su juego en el régimen de Pareja, y les redituó con el doblete de Supporters’ Shield (superlíder) y con la US Open Cup (Copa Abierta).
Pero se les terminó la inercia en los Playoffs. Para 2017 llegaban como gran favorito a saldar la cuenta pendiente de la MLS Cup…pero ni siquiera pudieron clasificarse a la postemporada.
Hoy marchan sublíderes del Oeste, son el equipo con menos derrotas en toda la liga, con apenas un descalabro. Si esto fuera en 2016 o 2017, todos tendrían a Dallas entre los candidatos.
Pero en 2018, por ahora, son reservados los pronósticos, porque en la perspectiva general, se caen al final y por lo tanto sus aspiraciones no son tomadas tan en serio en la temporada regular…si empieza a demostrar en Playoffs seguramente el tema cambiaria.
Sin embargo, hay algunos indicios de que este año podría ser diferente.
Empecemos por algo bastante obvio: la presión es menor. Las expectativas ya no están por los cielos tras su fracaso del año pasado, así que no tienen el peso en los hombros como los tienen otros equipos.
Pueden navegar más tranquilamente sin estar constantemente en los reflectores intentando llenar las expectativas creadas entorno a ellos.
Pareja sabe de la dependencia del enganche Mauro Díaz que se tenía en años pasados en su escuadra. Sin él, parecían un equipo sin rumbo muchas veces. En 2016, precisamente se lesiono en la recta final de la campaña, y con ello también se desinflaron los Hoops.
Por lo que el técnico colombiano ha alternado sistemas de juego e incluso ha optado por las rotaciones. Lo cual le brinda hasta tres beneficios:
El primero es que cuenta con más variantes en su sistema, y tácticamente el equipo sabe a qué juega cuando no está Mauro.
Segundo, le da más descanso a Díaz, para que llegue a punto para ser utilizado en los encuentros en que Pareja lo considera más indispensable y así no sufra de lesiones o de un desgaste mayor.
Tercero, la rotación de jugadores le permite ampliar el tiempo de juego de los integrantes de su plantilla, lo que le da más variantes confiables por cualquier eventualidad. Y además, le brinda más espacio a los canteranos y su desarrollo.
Hablando de canteranos y jóvenes con los que suele trabajar Pareja, varios de ellos que él mismo ha llevado de la mano, hoy ya están más consolidados y cuentan con más experiencia. Es decir, tiene jugadores que están por alcanzar o ya alcanzaron una madurez que ahora debe rendirle frutos en partidos in extremi – como son los de Playoffs.
Y estos están respaldados y cobijados por un grupo de extranjeros que han mantenido un nivel constante y por encima de la media como el ecuatoriano Carlos Gruezo, el marfileño Roland Lamah, el paraguayo Cristian Colmán, los colombianos Santiago Mosquera y Michael Barrios, el hondureño Maynor Figueroa y por supuesto los argentino Maxi Urruti y él mismo Díaz.
Dallas cuenta con uno de los planteles más completos y con más opciones.
Razones para creer que este es al año de Dallas existen, pero por ahora, sigue reinando el ambiente de escepticismo por lo ocurrido en los últimos dos años, habrá que esperar a las recta final de temporada para que pueda recobrar la credibilidad de que este puede ser por fin la temporada de los Hoops, la temporada en que por fin puedan levantar la Copa MLS.