La mayor diferencia en el formato de competencia entre la MLS y la Liga MX es evidentemente que la primera apuesta por un torneo largo, mientras que la segunda se decanta por dos torneos cortos al año.
¿Por qué la Liga MX debe adoptar el sistema de Playoffs de MLS?
El superlíder mexicano no obtiene beneficio por su buen rendimiento en la temporada a diferencia de la justicia deportiva implementada para los punteros de la MLS.
Sin embargo, la definición para definir al campeón es similar, ya que ambos son partidarios de las postemporadas. En la MLS se le conocen como los Playoffs, mientas que en la Liga MX se le conoce como la Liguilla.
Tomando en cuenta las diferencias en los sistemas de clasificación a la postemporada y el número de equipos que participan en ella por obvias razones, como lo son el número de equipos que participan en cada liga y la división por conferencias en la MLS, y teniendo en mente el pro de la justicia deportiva, la Liga MX debería adaptar el formato de los Playoffs a la Liguilla.
El mundo futbolístico mexicano conoce de sobra las “injusticias” de la Liguilla con aquellos que terminan como superlíder, por algo vio la luz día la fatídica “maldición del superlíder”.
Si bien es cierto que el superlíder de la MLS igualmente en contadas ocasiones logra levantar el trofeo de liga, también es cierto que al quedar puntero se le otorga un título oficial, un boleto directo a un torneo continental y además obtiene una ventaja competitiva para los Playoffs.
Al salir superlíder, los cuadros de la MLS obtienen el Supporters’ Shield (uno de los tres títulos locales a los que aspira cada año todo club de la liga Norteamericana), clasifican automáticamente a la Liga de Campeones de CONCACAF y durante los Playoffs descansan en la primera ronda, teniendo más tiempo de recuperación y preparación para entrar en acción hasta las semifinales de conferencia.
Esa ventaja para la fiesta grande no es exclusiva del superlíder (o líder de conferencia), también lo es para el sublíder de cada conferencia.
Mientras tanto en México, el superlíder (y mucho menos el sublíder) no obtiene ningún título oficial, no necesariamente clasifica a la Concachampions, y en la liguilla su única “ventaja” es cerrar en casa, y considerando que desde hace varios torneos el gol de visitante volvió a ser el primer criterio de desempate, ya ni siquiera es tan favorable cerrar en cancha propia.
La adaptación “justiciera” del formato que beneficia a los líderes de la MLS, constaría en que el líder general y quizás también el sublíder, no tengan que jugar en la primera ronda de la liguilla.
Y ojo, porque tampoco se trataría de una adaptación de la liga canadiense-estadounidense a la mexicana sin un precedente, experimento o intento anterior.
En la liguilla del Ascenso MX (segunda división), ya se ha implementado ese sistema en su respectiva liguilla buscando darle esa ventaja deportiva al superlíder por su desempeño a lo largo (o corto) de la temporada regular.