Seattle Sounders en caída libre desde las lesiones de Obafemi Martins y Clint Dempsey

Seattle Sounders FC se presentaron a la campaña 2015 como uno de los más serios aspirantes a levantar la Copa MLS, y tras los primeros tres meses en la liga, todo apuntaba a que iban por el camino correcto.

Pero todo tomó un giro de 180 grados la noche del 16 de junio ante el odiado rival de Cascadia, Portland Timbers. Aquel día, jugando en casa (en un campo alternativo al CenturyLink Field) por el torneo de la Copa Abierta de los Estados Unidos, los Timbers ganaron por 3-1 en tiempos extra. Lo más grave no fue la derrota, sino los daños colaterales.

Clint Dempsey no inició aquel encuentro, y al minuto 71 el técnico Sigi Schmid decidió darle ingreso para hacer dupla con el nigeriano Obafemi Martins y buscar el empate. El empate llegó ocho minutos después, con un tanto de Oba.

Pero quizás lo mejor hubiera sido nunca empatarlo y haberlo perdido en el tiempo regular. En los tiempos extra, Clint Dempsey perdió la cabeza, le arrebató la libreta al árbitro y se fue expulsado. Al día siguiente se anunciaba que Martins sufría de una lesión que lo dejaría fuera de acción varias jornadas y más adelante que Dempsey estaba suspendido.

Poco después Dempsey se unió a la Selección de Estados Unidos para disputar la Copa Oro, y los Sounders se quedaban sin su dupla estelar al frente, porque aun a su regreso, el goleador del torneo continental se lesionó tras solo disputar el partido de su retorno ante Vancouver a principios del mes. Los hombres responsables de más del 70% de la producción de los goles del club no estarían presentes por un tiempo prolongado.

¿Qué tanto puede pesar la ausencia de la dupla goleadora de Seattle? Usar la palabra mucho, sería menospreciar lo que los han extrañado.

Desde entonces, los Sounders han disputado 10 partidos – 9 de ellos en la MLS y 1 en la Liga Campeones de CONCACAF. De esos encuentros, consiguieron una victoria de 1-0 sobre DC United en la liga y un empate de 1-1 en la Concachampions ante Vancouver Whitecaps. Los otros ocho partidos de liga restantes acabaron en derrota.

Previo al partido de inflexión ante Portland, tenían una marca de nueve ganados, cuatro perdidos y dos empatados en la MLS y peleaban por el Supporters’ Shield. Hoy ostentan más derrotas que victorias y están pendiendo de un hilo por no caerse del sexto lugar de la Conferencia.

Y la baja no solo es en resultados, también en producción ofensivo, en un juego en el que se gana con goles. Y he aquí la estadística que más asusta y aterra: Seattle tiene 26 goles anotados en la liga, tan solo 3 de ellos desde el fatídico partido ante Portland por la Copa Abierta. Si así es, tres míseros goles, de los cuales dos de ellos no sirvieron de nada ya que llegaron en la derrota por goleada en el Clásico nuevamente ante Portland por 4-1 y en la más reciente de 3-1 ante el LA Galaxy.

En los últimos nueve partidos de liga, en seis se fueron sin poder marcar siquiera un gol, y ni hablemos de poder marcar más de uno cuando logran marcar.

Antes de lo que bien podrían catalogar como la noche triste, Dempsey había marcado siete goles y registrado seis asistencias, mientras que Obafemi había marcado igualmente siete goles y asistido cuatro de ellos. Entre ellos habían marcado 14 de los 23 goles que tenían hasta ese momento, y eso sin contar los pases para gol.

La ofensiva de los Sounders es actualmente tan solo superior en goles anotados a la de cuatro clubes, de los cuales dos de ellos son los últimos lugares de su respectiva conferencia.

Hoy, Dempsey y Martins están recuperándose de lesiones, pero aun cuando pudieran volver en los próximos partidos, faltaría ver cuánto tardarían en retomar el ritmo ideal para ser los letales goleadores que suelen ser. Algo que le urge a los Esmeraldas y quién sabe si estén aun a tiempo de lograr el pase a los Playoffs.

El derrumbe de Seattle Sounders los tiene con una racha de cinco derrotas consecutivas en liga, y no se ve como eso pueda cambiar este domingo cuando reciban al Orlando City. Quizás es momento de que dejen de añorar a sus estelares, Sigi encuentre un sistema que se adapte a lo que tiene, y los jugadores ofensivos del plantel se responsabilicen y den un paso al frente porque el Plan B, cualquiera que allá sido desde que están ausentes Oba y Clint, evidentemente ha fracasado.