TORONTO, ON -- La fría noche en el BMO Field terminó con una enorme celebración. Toronto FC -literalmente- lanzó la casa por la ventana al festejar su primera MLS Cup. Un momento de catarsis tras un año que -pese a ser muy bueno en lo deportivo- fue de un palpable sufrimiento y angustia.
"Tras perder en 2016, volver a jugar una final se había vuelto una obsesión", dicen en Toronto
Michael Bradley, Jozy Altidore y el técnico Greg Vanney se refirieron a los padecimientos y angustias que los escarlatas vivieron durante 2017.
"Después del gol de Jozy Altidore fue la primera vez en mucho tiempo en la que pude respirar profundo y pensar 'lo conseguimos'", reconoció el entrenador Greg Vanney en la rueda de prensa posterior a la final. "Con el segundo tanto las emociones fueron más evidentes y visibles".
Es que Toronto FC -el equipo eficiente, líder, que hizo historia en la liga con su actuación en 2017- masticó bronca durante todo 2017 por la frustración que le causó perder el título en 2016 en la definición por penales frente a Seattle Sounders, el rival de esta noche.
"El año pasado quedamos muy tristes", admitió Altidore. "Queríamos revertir eso para alegrar a toda la gente de este club", agregó el Jugador Más Valioso de la final.
Pero quien entró más en profundidad en el tema fue Michael Bradley, capitán del equipo. "Desde que perdimos la final del año pasado, para mí volver a jugar por una MLS Cup se convirtió en una obsesión", expresó el volante. "En el comienzo de la pretemporada nos sentíamos a años luz de distancia de jugar bien, de poder volver a una final. Pero durante todo 2017 estuvimos tan concentrados, tan comprometidos... ", valoró.
"No tiengo miedo en admitir que durante todo este año estuve obsesionado con la final perdida", agregó Bradley. "No existió un momento en el que mis compañeros hayan perdido la concentración. Fue increíble. Hoy nos jugamos todo".
"La respuesta de la ciudad y de los aficionados después de perder la final el año pasado fue algo nunca visto", relató con bastante emoción el dueño del brazalete en el conjunto escarlata. "Ellos estaban tan orgullosos y entusiasmados por ser parte de algo diferente. El ambiente que se creó aquí en BMO Field en los Playoffs de los dos últimos años no tiene comparación con otros equipos de la ciudad".
"Queríamos ganar por nosotros mismos, por supuesto", concluyó Bradley. "Pero mucho más por lo que le pasó a nuestros hinchas el año pasado. La atmósfera siempre es especial aquí. La forma en la que cantan el himno, las bombas de humo, el descontrol al entrar al estadio. Te da la sensación de que solo un resultado es posible cuando juegas delante de este público".