Fue el arranque de una trayectoria en Primera División, un sueño que comenzó hace ocho años.
Por:
Univision.com.
Imagen Mexsport
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Los 90 minutos del partido entre Rayados y Puebla del pasado viernes, fueron los primeros en el Máximo Circuito en la carrera de Edson Alan Reséndez, quien a sus 19 años demostró que a futuro la portería albiazul estará bien resguardada.
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Fue apenas el arranque de una trayectoria en Primera División, un sueño que comenzó hace ocho años en Los Mochis, Sinaloa, cuando el canterano y sus padres tomaron la decisión de emigrar a la Sultana del norte; hoy todo el trabajo rinde frutos, al ver cristalizado uno de los objetivos.
“Gracias a Dios que la afición lo arropó muy bien, era uno de los nervios o temores de que la afición estuviera incrédula por la edad o por un total desconocimiento de él, y pues muy emocionado de verlo entrar al campo y ver esa realidad, ver un sueño cumplido”, dijo a Mediotiempo el orgulloso padre, Pascual Reséndez, quien desde la tribuna vio el debut de su primogénito.
Junto a él estuvo Karla Sánchez, madre de Edson, quien al principio no estuvo de acuerdo en que su hijo dejara Sinaloa para dedicarse al fútbol, pero que hoy es su principal consejera y crítica para buscar una mejora constante.
“Él tiene que seguir igual, nada de que ya la hice y gracias a Dios lo tiene bien asimilado, sabe que esto es el comienzo y se podría decir que no ha logrado nada, aunque sí ha logrado mucho y él sabe que es el comienzo”, afirma la madre de familia.
El guardameta respondió cuando fue requerido ante la Franja y aunque el resultado no fue un triunfo, queda la certeza de que los frutos comienzan a verse, años después de que un niño de Guasave soñara con ser “El Conejo” Pérez y que hoy ya tiene la experiencia de un Mundial Sub17 y Sub20.
“Él desde los cuatro años que yo jugaba fútbol amateur en el pueblo, me lo llevaba, primero en los brazos y ya que empezó a caminar y tomó el balón, ya no lo soltó. Me dijo que quería ser ‘el Conejo’ Pérez, me sorprendió. No quería ni ir a fiestas porque él lo que quería era ir a entrenar, estar jugando; dormía con guantes puestos”, recuerda Pascual.
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Con apenas 11 años, Edson fue detectado por Juan Carlos Barrón, quien le invitó a probarse con Monterrey y posteriormente a quedarse en las fuerzas básicas. “Le digo no Edson, recuerda que vienes a conocer, no vienes a quedarte”, dijo su madre, pero hoy todo ha cambiado, saben que a su hijo le queda mucho trayecto por recorrer.
