El talento de Ronaldo dejaba a todos boquiabiertos, era una máquina y cuando arrancaba no había quien lo parar, era fuerte y certero, representaba una generación brillante de futbolistas y representaba magistralmente el ‘ginga’, el arte de jugar con la pelota en Brasil. Al igual que el poderoso Aquiles de la mitología griega tenía un punto débil y ese era la rodilla, pero lo compensaba con un enorme corazón que le permitió renacer de las cenizas.
No acepte imitaciones, Ronaldo solo hay uno y es el brasileño
El brasileño que inspiró a una generación cumple 42 años y su leyenda crece conforme pasan los años.
En su juego había magia, tanta que le valió ser campeón del mundo a los 16 años sin jugar un minuto, pero formando parte de la plantilla de Romario, Bebeto, Taffarel y compañía. No echó raíces en el Real Madrid como Cristiano Ronaldo. Su talento era tan grande, que todos querían un pedacito de él, no importaba si había vestido los colores del odiado rival, jugó con el
Barcelona y también con los blancos, en el Inter pero también en el Milán.
En la selección de Brasil fue un líder y referente, si bien presumía la Copa del Mundo sin haberla ganado en 1994, conquistó la propia en el 2002 siendo la gran figura y batiendo a los alemanes. Disculpe usted si es que se siente ofendido, pero Ronaldo solo hay uno.
Probablemente le sorprende lo que hoy hace el portugués a quien le llaman Cristiano, para marcar una clara distancia entre lo del brasileño y el portugués. Pero es que quien no conoce a Ronaldo a cualquier Cristiano se le hinca.
Lo de ‘CR7’ es admirable, pero no llega a los niveles de lo que el brasileño le dio al futbol, es más, si en un equipo debiera escoger entre Cristiano, Messi o Ronaldo en su mejor momento, me quedaría sin pensarlo con el brasileño. No le pesaba la camiseta, jugaba para los que estaban fuera y dentro de la cancha, había alegría cuando tocaba la pelota. Era el ejemplo claro de lo que se espera de los brasileños. Su calidad era tan buena que le heredó a otra maravilla el apodo… Ronaldinho.
No sé cuánto más tenga que pasar para que un nuevo Ronaldo ilumine el panorama, lejos, muy lejos está Neymar, Gabriel Jesús o algunos otros. En su cumpleaños número 41 me atrevo a decir que Ronaldo solo hay uno, el genuino y el auténtico. No acepte imitaciones.