Paco Arredondo | Indicador Futbolero: Formas de exigir a un club

Las cosas se deben frenar y poner en su justa dimensión más que aplaudir o aprobar la actitud de un puñado de aficionados de Rayados de Monterrey, quienes se manifestaron frente al autobús del equipo con pancartas tras el fracaso del equipo en el Mundial de Clubes en Abu Dhabi.

Es una realidad que, lo entregado por el equipo de Javier Aguirre, al quedar eliminados en su primer partido en Emiratos Árabes, genera todo tipo de molestias, pero no para que un grupo de fanáticos se sienta con la autoridad de amedrentar o crear un ambiente hostil hacia jugadores, cuerpo técnico y directivos.

El futbol mexicano y, en este caso Rayados, está a tiempo de terminar con esas acciones de quienes se dicen ser sus fieles seguidores, quienes lamentablemente en muchos casos son auspiciados por los mismos clubes, pero eso no les da libertad de tomar acciones cargadas de vandalismo.

Fue realmente triste, frustrante e impotente observar videos y fotografías de esos seguidores de Rayados impidiendo el paso del autobús a su salida del estadio, un día después de haber caído ante Al-Alhy de Egipto, o las hieleras con cartones con los rostros de directivos y del técnico Javier Aguirre.

En lo futbolístico se le puede cuestionar el presente a Rayados, la nómina más costosa de la Liga MX, valuada en cerca de 98 millones de dólares, alrededor de 2 mil millones de pesos, por encima de clubes como Tigres, América, Cruz Azul, Santos y las Chivas del Guadalajara.

También subrayar que, su rendimiento esta por debajo de las expectativas, eso puede generar una plantilla con 10 seleccionados de diferentes nacionalidades y que en sus filas tiene a nueve de los 33 futbolistas mejor cotizados en el futbol mexicano, donde destacan Luis Romo, valuado en 11 millones de dólares, o el delantero Rogelio Funes Mori, quien tiene un valor en el mercado de 7.4 mdd.

Estos temas son para crear polémica, pero no para que ese puñado de pseudoaficionados tomen acciones vandálicas y saquen sus frustraciones con manifestaciones, pues lo único que generan es más violencia. Es momento de frenar esas acciones y hacer prevalecer el gusto por este deporte, se gane, empate o pierda.

Haber pagado su viaje o sus boletos de entrada no les da derecho a crear miedo e incertidumbre en un equipo de futbol. Ni sobre ninguna otra persona más allá de todos los intereses que puedan envolver a esta industria. No tienen el derecho de secuestrar la paz de nadie, por una supuesta y mal enfocada pasión.