Atlanta, EEUU.- Con un arbitraje desastroso del estadounidense Mark Geiger, México ganó 2-1 a Panamá en la semifinal de la Copa Oro que se celebró en el Georgia Dome y disputará así el Tri el título del torneo ante Jamaica.
Panamá 1-2 México: InjusTRIcia a Panamá, México a la final
Con un pésimo arbitraje, que le regaló un penal, y contra 10 hombres desde el minuto 25, México se metió al duelo definitivo de la Copa Oro.
Porque fue un partido muy intenso, lleno de faltas y de decisiones del árbitro llenas de polémica, pero eso sí con pocas aproximaciones de gol. Sobre todo en la expulsión de Panamá y los dos penales a favor del Tri.
Un duelo que tuvo que definirse en 120 minutos y en el que México se trabó con un equipo que jugó desde el minuto 25 con 10 hombres.
Carlos Vela inició todo, dio un codazo a un rival y el de negro, Mark Geiger, le vio y en lugar de mostrarle la tarjeta roja le enseñó únicamente el cartoncillo amarillo.
Luego, Geiger, no midió con la misma vara y a los 25’, expulsó a Luis Tejeda por un manotazo en jugada sobre el “Maza” Rodríguez. A partir de ese momento el juego subió de intensidad.
Enseguida los futbolistas caribeños reclamaron la tarjeta y además de irse sobre el árbitro se fueron sobre distintos jugadores del Tri.
El juego se cerró entre faltas y el juego ríspido, los centroamericanos tuvieron la calma necesaria para llevar el juego sin grandes complicaciones, México no hizo un sólo disparo al arco en toda la primera mitad.
Por su parte, los panameños fabricaron un par de jugadas de peligro y Guillermo Ochoa les regaló un par más con salidas a destiempo.
Pero lo peor estaba por venir en la segunda mitad.
Miguel Herrera no pudo corregir a una desubicada media cancha y Panamá aprovechó la jugada que tenía que aprovechar. A los 56 minutos, en un tiro de esquina cobrado por Cooper, Román Torres se levantó, le ganó el saltó a Francisco “Maza” Rodríguez, y anotó el primer gol del partido.
Herrera quiso revolucionar a su equipo, primero con la entrada Carlos Esquivel a los 46 y después con la de Jesús “Tecatito” Corona, pero ninguno consiguió la tan ansiada profundidad o buena distribución del esférico.
Y es que México careció de construcción y volumen de juego durante los 120 minutos del partido. Se fueron estrellando en Cummings, Torres, Machado, Davis y compañía que ganaron todos los balones convencidos de sus posibilidades de llegar a la final.
La presión de México en los últimos minutos fue tan estéril y predecible, y sirvió para enseñar una vez más a un conjunto panameño ordenado y bien construido.
Lo del Tri es una carencia crónica, no de definición sino de creación de juego. De marca, incluso de actitud porque en un juego tan revoltoso y duro, ninguno sacó la cara para con un grito para ordenar e impulsar a sus compañeros. Sólo Andrés Guardado lo intentó, pero tan aislado que no soportó el peso.
Pero a los 90 minutos, el juego tomó un giro inesperado. El árbitro se sacó de la nada un penal de Román Torres que cayó sobre el balón sin verlo y Geiger señaló el manchón.
Entonces, los centroamericanos amagaron con dejar el terreno de juego por sentirse despojados. El público arrojó objetos desde la tribuna y en la zona de bancas se amagó, una vez más, un conato de bronca con los jugadores mexicanos.
Luego vino Andrés Guardado y cobró el penal de gran manera para mandar el partido a tiempos extra.
En la prórroga, la tónica fue la misma. Un juego rudo, cerrado y con la incapacidad del Tri de abrir a la defensa de panameña.
A los 104 minutos, Javier Orozco cayó en el área de Panamá y Geiger marcó penal de nueva cuenta. Guardado lo cobró y anotó su segundo tanto de la noche.
Con 10 hombres, Panamá ya no pudo reaccionar y México enfrentará a Jamaica en la final por la título de la Concacaf.