Dicen que el futbol no es de merecer y también que la justicia pocas veces aparece en el rectángulo verde. Aquel día en Kazán, ambos dichos comenzaron con razón y los dos terminaron exhibidos en el triunfo de 2-1 de Bélgica sobre Brasil.
Futbol Retro | A Brasil lo eliminó el ‘caballo negro’ del Mundial
Bélgica demostró en Rusia 2018 que el futbol no es de merecer y la justicia se hace presente.
Neymar y compañía comenzaron a tambor batiente y cerca se quedaron de abrir el marcador en una pelota parada en la que Miranda peinó, la pelota le rebotó a Thiago Silva y luego se estrelló en el poste ante el grito ahogado de los más de 15 mil brasileños en el estadio.
Bélgica intentó responder en la contra, pero encontró la clave en la misma pelota parada.
Llegó un tiro de esquina por la banda derecha. Vincent Kompany anticipó y la pelota se volvió de todos y de nadie, Fernandinho la desvió y se fue al fondo para abrir el marcador antes de los 15 minutos y desatar las dudas de si era merecido o no.
Entonces Brasil apretó pero apreció otra joya belga. Si el juego de Lukaku y Fellaini ya era sobresaliente, venía entonces Courtois. El portero belga le atajó un disparo a Marcelo, sacó otro disparo de media distancia de Coutinho y hasta tuvo reflejos para rechazar un desvío de su defensa. Una muralla llamada Thiabaut.
Vino entonces el segundo golpe. La corpulencia de Lukaku inició un contragolpe de libro. El del Manchester United llevó la pelota con tal clase que daba gusto verlo correr y correr hasta que abrió para De Bruyne quien acarició la pelota ante la complacencia de Marcelo para mandarla al fondo y poner otro manotazo en la mesa. Era el inesperado, pero ya ni tan inmerecido e injusto 2-0.
La 'Maldición del Tri': quien lo elimina nunca queda campeón Y sí, llegó entonces el embate de Brasil al comienzo del segundo tiempo, embate que incluyó el ingreso de Firmino por un desaparecido William y que cerca estuvo de rendir frutos, aunque lejos se quedó. Si acaso una polémica jugada dentro del área que se revisó desde la cabina del VAR y nada más.
Un cambio más con el ingreso de Douglas Costa y la salida de Gabriel Jesus que apenas tuvo una ligera aproximación en el área con un cabezazo, pero faltaba la variante que de verdad incidiría en el marcador y resultaría productivo.
Renato Augusto entró por Paulinho y minutos después llegó el descuento, con un pase de ‘seda’ de Coutinho y un mejor cabezazo del volante de la Liga china, aunque también dejó ir la oportunidad que significó el empate y que el 8 de Brasil echó por la borda.
Tanto Renato como Firmino y Coutinho tuvieron el empate en sus botines, pero o la pelota se fue a la tribuna o Courtois seguía con su espléndida cátedra bajo los tres postes hasta que el tiempo se consumó ante una Bélgica que dejó el cuerpo y el alma en la cancha para instalarse entre los cuatro mejores del orbe.