Fue el día que América congeló al demonio y todas las llamas del infierno en la Liga MX, una tarde redonda e inolvidable en el Estadio Azteca con goliza, un golazo y hasta con un sabor a revancha.
Futbol Retro | Goleada, golazo y venganza del América vs. Toluca
Gol de media cancha, humillación histórica, así fue el día que las Águilas congelaron al demonio.
Jornada 9 del Torneo Apertura 2009, con Jesús Ramírez al mando, las Águilas vencieron por 7-2 al Toluca, un marcador que hizo que aquella tarde de domingo no fuera ni común ni corriente, también un resultado que hacía que los azulcrema tomaran una especie de revancha de aquel 6-0 sufrido en el Estadio Nemesio Diez casi seis años atrás.
Los de Coapa se pusieron al frente en el marcador con gol de vestidor, por conducto de Pável Pardo y Enrique Esqueda logró la segunda anotación a los 21' para los locales. Hasta ahí, todo en orden, aunque cuatro minutos después, Salvador Cabañas haría oficial la goleada.
Sí, a los 26', América ya firmaba goliza ante un Toluca siempre competitivo y con José Manuel de la Torre en la dirección técnica. El marcador invitaba a pensar que los tres puntos tenían ya a un dueño virtual, el resto del encuentro anticipaba quizás la intrascendencia. Pero la señal de que algo histórico estaba por ocurrir vendría a los 36' con un autogol de Martín Romagnoli, América se iba 4-0 arriba.
Segundos antes del descanso, Salvador Cabañas anotaba su segundo en la cuenta personal; al acabar la primera parte, las Águilas ya le habían plantado la "manita" a los mexiquenses". La mente de la afición empezó a recordar aquel 6-0, inevitable estampa. Sí, la revancha se sirve como plato frío.
Para el segundo tiempo, Toluca hizo más decoroso el marcador. El chileno Héctor Mancilla apareció en dos ocasiones y redujo la ventaja a "solo tres goles". ¿Hubo resupuesta? Desde luego. Los de Jesús ramírez no tuvieron piedad y casi segundos después del segundo gol de Mancilla, América fue furioso en su postura y el argentino Daniel Montenegro cubrió de gloria al conjunto azulcrema al marcar un gol est´ético, bello, de esos que se dan muy pocas veces y desde media cancha, una parábola imborrable en la memoria mexiquense y de Hernán Cristante, incapaz de contener el balón.
La fiesta (y la masacre) la cerró Andrés Chitiva en la compensación en lo que fue el primer y último gol del colombiano con los colores azulcrema. No, no fue un domingo cualquiera, fue un día que el infierno se congeló. América lograba una goleada casi bíblica ante uno de los conjuntos más temibles y respetados de la Liga MX y que incluso quedaría líder en ese Apertura 2009.