La dueña de la avioneta en la que falleció el futbolista argentino Emiliano Sala pidió que David Ibbotson, el piloto del viaje, no pilotara más la aeronave, debido a las infracciones aéreas que había cometido.
Pidieron al piloto de Emiliano Sala que no volara avioneta del accidente
Fay Keely, dueña de la aeronave, participó hoy en el juicio a David Henderson, que se declaró culpable de organizar el vuelo.
Fay Keely, dueña de la avioneta, participó este miércoles en el juicio a David Henderson, que se declaró culpable de organizar el vuelo de Sala sin tener los permisos necesarios, pero que negó los cargos de haber actuado de forma negligente y haber puesto en peligro la avioneta.
Según el testimonio de Keely, esta le dijo a Henderson que el piloto David Ibbotson no debería pilotar la avioneta porque había sido alertada de dos infracciones por las autoridades aéreas británicas .
"Dejé claro que no debería volar la aeronave", dijo a un jurado en Cardiff. Henderson es acusado de saber que Ibbotson no estaba cualificado y aun así dar luz verde a que realizara el trayecto Nantes-Cardiff la noche del 21 de enero, con las malas condiciones metereológicas que había en el Canal de la Mancha y que terminaron derribando la avioneta y con las vidas de Sala y de Ibbotson.
Según Keely, ella compró la avioneta, bajo consejo de Henderson en 2015, y él se quedó a cargo del mantenimiento de las labores de contratación de la aeronave, así como de elegir los pilotos competentes para los viajes.
El 6 de julio de 2018, Keely mandó un mensaje de correo a Henderson advirtiendo de que Ibbotson no debería pilotar la aeronave más porque las autoridades aéreas le habían notificado dos infracciones cuando estaba volando.
"No tengo mucha confianza en cómo trata a la aeronave. Creo que lo mejor sería que no la pilotara de nuevo", dijo. Pese a esto, Ibbotson llevó a cabo el vuelo, según se desprendió del juicio porque Henderson se encontraba en París y no podía llevar él directamente a Sala a Cardiff.
Además, tal y como desveló la investigación de las muertes del futbolista y el piloto, Ibbotson no tenía una licencia para realizar viajes comerciales y su permiso para volar la aeronave del accidente había caducado.