Solo una temporada de ensueño, inimaginable en cualquier aspecto, pudo lavar 30 años de frustraciones, de ‘ya meritos’, de resbalones, de récords que solo sirven para la estadística, para un club que alguna vez fue no solo el mejor de Inglaterra, sino también el mejor del mundo.
La resiliencia del Liverpool, campeón de la Premier League
Tras cargar con las máximas tragedias del club, el Liverpool vuelve a coronarse con la mejor temporada de un equipo inglés en su historia.
El Liverpool Football Club ha conquistado su décimo noveno campeonato de la Liga de Inglaterra, el mayor pendiente de su historia si consideramos que en 1990 ganó el décimo octavo y que entonces aventajaba por 11 títulos como el máximo ganados del torneo doméstico inglés a su más cercano perseguidor, el mismo que, de hecho, logró rebasarlo en una larga e inusual sequía.
Liverpool conquistó al mundo en la década de 1960 gracias a cuatro chicos que reinventaron la música popular para darle el rumbo que tiene aún a la fecha. En el siguiente decenio, lo volvió a hacer, pero desde las canchas de futbol, con un club que lo ganó todo en su país y en el continente, pero que en la segunda mitad de los años 80 empezó a ver cómo la gloria se difuminaba desde las más grandes tragedias posibles.
El último título de Liga del Liverpool cargó de manera simbólica con dos sucesos que nadie desea que vuelvan a ocurrir. Un año antes, 96 aficionados fallecieron en los minutos previos y de inicio de la Semifinal de la Copa FA en el Estadio de Hillsborough, debido a la mala planeación de los organizadores y la negligencia policiaca que provocó un sobrecupo en la grada que se designó para ellos.
Además, ese último campeonato no le pudo dar el derecho al Liverpool de participar en la Copa de Europa, pues desde 1985 estaba suspendido de las competiciones continentales por la tragedia de Heysel, cuando 39 personas murieron entre hooligans y tifosi de la Juventus, antes de la Final de la hoy Champions League.
Desde entonces, si bien los Reds suman tres títulos del continente, la Copa UEFA (hoy Europa League) de 2011 y las Ligas de Campeones de Europa de 2005 y 2019, la Premier fue esquiva de tantas y tan irrisorias maneras que una generación de hinchas del Merseyside tuvo que acostumbrarse a los infortunios, las burlas y hasta a reírse de sí mismos.
De hecho, el Liverpool nunca ha ganado la Liga desde que tomó su nombre de Premier, en 1992, era que coincide con el florecimiento del Manchester United, el archirrival, que ya la ganó 13 veces y suma 20 en total para ser, por ahora, el más ganador de Inglaterra.
En este lapso, si bien a la vitrina se han sumado trofeos continentales y de Copas domésticas, el Liverpool ha visto pasar cinco veces a solo un equipo en mejor posición para alzar el trofeo.
Pero antes de repasarlas podemos poner una anécdota más: en 1994-95, en un vibrante cierre de temporada, el Blackburn Rovers visitó Anfield, cayó ante los Reds 2-1, pero se quedaron con el título ya que el Manchester United solo pudo empatar contra el West Ham. El entrenador del Rovers era Kenny Dalglish, leyenda del Liverpool y su director técnico en las últimas tres conquistas nacionales.
Al año siguiente de su último título y en la temporada final de la era Dalglish, se quedaron cortos por siete puntos del Arsenal, que ganaría su entonces décimo campeonato.
Un año después de ganar la Copa UEFA en una Final vibrante ante un voluntarioso Alavés, en la temporada 2001-2002, nuevamente los Gunners y por la misma diferencia de puntos les arrebataron el honor. Su consuelo fue que ese año volvieron a la ya llamada Champions League, escenario que no pisaban desde la derrota en la Final de 1985 ante la Juventus, justamente en la tragedia de Heysel, y que con el subcampeonato de la Premier aseguraron la participación para el año siguiente.
La siguiente ocasión en la que se acercaron a la gloria fue en la temporada 2008-2009. Para entonces, ganaron la Champions de 2005 y jugaron la Final de 2007, en ambas ocasiones ante el Milan, que sumados a tres títulos de la FA Cup y tres más de la League Cup desde los años 90 y hasta entonces, le dieron al equipo una fama de equipo copero, pero la Liga simplemente parecía misión imposible.
En esa campaña, los Reds tuvieron la cuarta mayor suma de puntos en la historia del club (en la Liga de Inglaterra se cuentan tres puntos por victoria desde 1981) con 86, pero el Manchester United tuvo 90.
En 2013-2014 parecía romperse el maleficio. Un enrachado Liverpool venció 3-2 al Manchester City en Anfield para confirmarse la punta de la clasificación en la Jornada 34. Dos semanas después, un resbalón del capitán Steven Gerrard en el medio campo generó la jugada del primer gol del Chelsea, que marcó el 2-0 definitivo en la compensación y permitió que el City volviera a ser líder. La estocada final llegó en la penúltima jornada del campeonato cuando los Reds dejaron ir una ventaja de 3-0 en el campo del Crystal Palace para ser empatados.
Y si dicen que no hay quinto malo, el Liverpool es la excepción a la regla. El quinto subcampeonato fue una temporada de solo una derrota, récord de puntos de la franquicia y tercera marca histórica del futbol inglés, con 97, pero insuficiente para ser campeones.
El descalabro del 3 de enero de 2019 ante el Manchester City por 2-1, el único del año, fue el que terminó por decidirlo todo: si los Reds tuvieron la tercera marca histórica de puntos de la Premier, el City tuvo la segunda, con 98. Ni siquiera una descomunal racha de nueve victorias consecutivas y 17 sin perder no fue suficiente para alcanzar a los Citizens de Pep Guardiola.
Pero si bien el Liverpool se quedó corto y sumó 29 años sin el título local, sí se quedó con su sexta Champions League y el proyecto que arrancó en 2015 con la llegada de Jürgen Klopp dio su primer gran resultado.
La gran racha de la segunda vuelta de la temporada pasada se prolongó para el inicio de la actual. Liverpool no volvió a perder en la Premier hasta el 29 de febrero pasado, un sorpresivo 3-0 en casa del Watford, 422 días y 43 partidos después de aquella caída ante el Manchester City.
Con eso bastó para que los Reds pudieran soñar con coronarse a más tardar a inicios de abril y desatar una fiesta no vista por una generación completa de sus aficionados… hasta que llegó la pandemia.
El parón obligado por la crisis sanitaria del coronavirus puso nuevamente en jaque las aspiraciones del Liverpool que podía verse perjudicado ya no por resbalones o por cualquier infortunio, sino por la probable cancelación del torneo sin tener a un campeón, pese a su ventaja que llegó a ser de 25 puntos.
Ese virus que incluso infectó a Kenny Dalglish en abril, a quien después de superar la enfermedad, se le vio en la grada de Anfield, casi como único aficionado, hojeando el programa del partido en el que golearon 4-0 al Crystal Palace, con la tranquilidad de un hombre que sabe que vivió para contarla, para ver al equipo de sus amores volver a ser campeón.
Tal vez no sea la celebración que se anticipaba, pero las desgracias del Liverpool serán más llevaderas con el trofeo más esperado en la vitrina de la sala de Anfield.
La derrota ante el Watford evitó algunos récords que tal vez no estemos vivos para ver cómo caen, pero hubo uno que no pudo contener: Liverpool es el equipo que más rápido se proclama campeón de la Premier League, al superar los cinco juegos de anticipación del Manchester United de 2001 y el City de 2018.
Ni el virus detuvo lo inminente porque para todo aquello que ha sufrido el Liverpool en 30 años, solo la mejor temporada de un club inglés en la historia de la Premier podía ser el camino a la gloria.