José Mourinho sabe que el tiempo y la paciencia comienzan a agotarse en su mandato, que debe obtener la Premier League a como dé lugar en esta temporada. Sin embargo, el arranque del Manchester United no fue el óptimo en Old Trafford, sufrió en demasía ante el Leicester, un rival que se le plantó sin complejos, pero al que terminó derrotando 2-1. Por lo menos el resultado le da oxígeno para trabajar.
¡Sin teatro y sí con mucho sueño! Manchester United sufre para derrotar al Leicester
Los Red Devils anotaron a través de Paul Pogba al 2’, pero después fue un calvario ampliar la ventaja, lo que lograron hasta el 82’. El visitante descontó en el agregado.
Apenas iba un minuto de juego cuando se señaló una clara mano dentro del área visitante. Y entonces Paul Pogba, quien la temporada pasada tuvo roces con Mourinho, estrenó su gafete de capitán tras ser el encargado de vencer a Kasper Schmeichel desde los once pasos.
Se pensaba que el conjunto visitante iba a desmoronarse, pero sucedió todo lo contrario. Comenzó por apretar fuerte la pierna, pelear a cada palmo en cada sector de la cancha. Por ello Iheanacho remató de media vuelta apenas al 15’, después Maddison hizo que De Gea se exigiera al máximo, con una espectacular desviada a una mano al 28’.
A los Red Devils les costó trabajo sacudirse la presión. Fue hasta el 41’ que lograron hilvanar otra aproximación de peligro, cuando Mata le devolvió una pared a Shaw, quien metió un disparo raso a las manos de Schmeichel.
La afición en Old Trafford comenzó a desesperarse, a incitar una mayor reacción de parte de su escuadra. El encuentro se mantuvo en vilo, el Manchester no logró meter la anotación que diera calma, pero lo más crítico es que ni siquiera lograba acercarse al área, ni la elegancia de Pogba ni el ingreso de Romelu Lukaku lograron calmar la ansiedad.
Después Vardy cedió para Fox, quien estuvo cercano a lograr el empate, pero una atajada de De Gea lo impidió, un par de minutos más tarde Lukaku erraba ante Schmeichel la ampliación en el marcador. El juego estaba roto, para ambos lados, hasta que Mata filtró para Luke Shaw, quien no hizo un buen control, pero le salió autopase y terminó definiendo de izquierda al 82'.
Los Foxes no se dieron por vencidos en ningún instante y lograron su recompensa al 92, cuando Vardy tomó un rebote que había pegado en el poste izquierdo para conectar el esférico de cabeza. En la última jugada hasta Schmeichel se lanzó a rematar, pero ya no hubo tiempo suficiente para una igualada histórica. Como sea, pero el Leicester desnudó las carencias del Manchester United.