Competir al máximo nivel con 38 años de edad no debe pasar desapercibido y menos en una carrera tan deslumbrante como la de Dani Alves, heredero de la gran tradición de laterales brasileños.
Raúl Méndez | El eterno Dani Alves
En este Barça que construye Xavi en el que es básico el ataque por las bandas, Alves se codea con jugadores que podrían ser sus hijos.
La misma posición exige una preparación física digna de cualquier atleta de máximo nivel.
En este FC Barcelona que construye Xavi en el que es básico el ataque por las bandas, Alves se codea entre jugadores que por edad podrían ser sus hijos con facilidad.
Acudió al llamado del club hundido en el peor momento que se le recuerde por la crisis económica que atraviesa. Un gesto solidario que agradece el barcelonismo.
Retornó tras seis años repartidos entre Italia, Francia y Brasil y durante su ausencia nadie pudo consolidarse en el lateral derecho. El portugués Nelson Semedo llegó y se fue sin nada digno que recordar, Sergi Roberto fue improvisado desde su posición de mediocampista natural y Sergiño Dest tampoco ha convencido, tanto así que se rumora un posible regreso al Ajax a cambio del marroquí Noussair Mazraoui.
Desde su explosión en Sevilla, uno de los primeros aciertos del vanagloriado Monchi, Alves ha sido el jugador más dominante de su posición.
Aún recorre toda la banda hambriento como cuando dejó al pequeño Bahía para triunfar en las mejores ligas del mundo.
En su momento fue uno de los socios de cabecera de Lionel Messi y a su vuelta mantiene la humildad sin mayores pretensiones que la de serle útil al equipo blaugrana sin importar que sea un rol secundario.
La muestra es que no fue registrado para disputar la UEFA Europa League pese a la falta de solidez en su demarcación.
Los minutos de juego para el brasileño tienen que ser gestionados por el criterio de Xavi, quien prefiere reservarlos para la Liga, donde está la prioridad del club de acabar entre los cuatro primeros de la clasificación para ir a la próxima Champions League.
Tite le ha respetado su jerarquía. Si Alves se mantiene activo en una liga tan competitiva como la española aspira a jugar su cuarto mundial en Catar con 39 años como el cerrojazo perfecto para una carrera de leyenda pero nadie se asoma en Brasil o en el mundo para tomar la estafeta.
Aunque quién puede saberlo si Stanley Matthews ganó el primer Balón de Oro a los 41 años y todavía jugó hasta cumplir el medio centenar de vida.
Hasta la próxima semana. Cuídense mucho, por favor.