Superar al “Establishment” del futbol europeo es una misión casi imposible en los tiempos actuales donde los presupuestos fijan claramente los alcances de los clubes.
Raúl Méndez | Los de arriba
Cuando los presupuestos de los clubes fijan los alcances en las competiciones en las que participan.
Tan sólo en los últimos 20 años los que levantaron la Orejona fueron Real Madrid, Barcelona, Bayern Munich, Milán, Liverpool, Porto, Manchester United, Inter de Milán y, como único campeón inédito, Chelsea en la 2011-12. Los eternos grandes.
En estos tiempos del Brexit resulta que Chelsea iba a tomar parte en la primera edición de la entonces llamada Copa de Europa en 1955, pero la FA consideró que el torneo no tenía el suficiente nivel para sus equipos y le prohibió participar a los Blues.
Mientras el mundo se dividió entre el capitalismo y el comunismo, los representantes de Europa del Este únicamente ganaron la Champions League dos veces con Steaua de Bucarest y Estrella Roja.
No se trata de defender un discurso clasista, marxista, etc. Es un hecho que en el futbol de hoy dime: ¿Cuánto inviertes y te diré para que te alcanza?
Cualquiera con la ingenuidad propia de la infancia alguna vez sacó sus primeras monedas en una tienda de conveniencia y preguntó al vendedor, ¿para qué me alcanza?
Lo siguiente es cómo se usa ese presupuesto y ahí depende de la política del club. Es válido que los jugadores se guíen por el dinero aunque también van tras la gloria que prometen los equipos con tradición e historia.
Guardando las notables diferencias, en el futbol europeo hay niveles todavía entre las potencias. No basta lo económico.
Tal vez aquel niño no pudo comprar lo que deseaba, pero encontró satisfacción con lo que se ajustaba a su bolsillo. Así pasa en el futbol, la victoria está destinada a un club y el resto fija otras metas.
Hace unos días la UEFA sancionó al Manchester City en un tardío pero necesario intento de poner límites a los llamados equipos-estado, de los que ya hicimos referencia en anteriores semanas.
Naciones severamente cuestionadas en Asia por sus violaciones a los derechos humanos más elementales y que han visto en el futbol el lugar ideal para restaurar su imagen. Para ello, disponen de un presupuesto casi ilimitado para nutrir a sus clubes con los mejores jugadores disponibles. Aquí el tema en cuestión: la procedencia de esos recursos. Si vienen de las ganancias que el club genera perfecto. De lo contrario, cómo explicar su origen.
A reserva de lo que suceda en el caso Citizen, PSG puede ser el próximo en ser sancionado, esta edición de la Champions League sería el último tren para el bloque dirigido por Pep Guardiola. Lo mismo aplica para los parisinos. No sólo por el riesgo de una sanción similar sino el simple hecho que Neymar o Mbappé podrían abandonar la entidad hacia otros destinos, o sea con las potencias establecidas.
PSG y Manchester City lideran a los aspirantes a la máxima gloria europea. La gran Cenicienta indiscutiblemente Atalanta.
¿Qué posibilidades existen para que el 30 de mayo en Estambul, en la antigua Constantinopla del Imperio Romano de Oriente, se corone a un campeón inédito? ¿Veremos un nuevo monarca?
Hasta la próxima semana.