Ni los más ortodoxos socios del FC Barcelona se opondrían a ajustar el legendario lema para confirmar lo que está a la vista de cualquiera: ante la crisis institucional y los peores temores por la pésima planeación deportiva el rumbo del club lo sigue marcando Lionel Messi.
Raúl Méndez | Mes-si es el club
Pese a la crisis institucional y pésima planeación el rumbo del club lo sigue marcando Lionel Messi.
Más allá de un concepto, de una idea de juego vanagloriada por el futbol, imitada por rivales y anhelada por la dirigencia actual, es el genio del argentino el que dicta las posibilidades de los culés para alcanzar el tricampeonato español y la gloria continental en Estambul.
Hace mucho que el modelo Barcelona es más una aspiración que una realidad. Para recuperarlo trajeron a Quique Setién por el malogrado Ernesto Valverde, cuyo estilo difería de la esencia blaugrana, pero fue efectivo a nivel doméstico aunque protagonizó las mayores desgracias europeas al ser remontado en años consecutivos por Roma y Liverpool en la Champions.
Ni con el mejor futbolista del mundo han ganado más Copas de Europa y, para colmo, aunque han recortado la ventaja histórica de Real Madrid en la Liga, es precisamente su némesis el que se ha despegado con 13 Orejonas.
La directiva no ha estado a la altura. No se trata de ir por un entrenador con la influencia de Johan Cruyff y listo. Necesita un proceso largo que implica volver a las bases como el renacimiento de la cantera y la contratación de jugadores afines a la idea.
Y no ha sido por falta de inversión porque recursos ha tenido a su disposición. Un año después de lo esperado llegó finalmente Antoine Griezmann, que no ha sido el frío goleador que destacó en la Real Sociedad o Atlético de Madrid. Del Ajax trajeron a Frenkie de Jong para recuperar ciertos rasgos del juego que Xavi e Iniesta llevaron a otro nivel sin igual pero el holandés no ha ofrecido consistencia.
El pésimo manejo en la búsqueda de un sustituto para Valverde, cuando Txingurri estaba en funciones, en una especie de cásting donde cada candidato desechó la oferta; no fichar otro centrodelantero para afrontar un calendario largo y hasta que se lesionó Luis Suárez se asumió la magnitud del problema. Una mala conformación de la plantilla que se ha visto reducida al extremo. Setién ha tenido hasta 14 jugadores disponibles del primer equipo.
No olvidar la confrontación entre Eric Abidal y Messi porque el francés habló de jugadores descontentos y el capitán pidió los nombres públicamente; la filtración sobre un contrato del club con una empresa encargada de atacar en redes sociales no sólo a rivales sino incluso a sus propios jugadores.
De una institución que defiende los valores que la definen, pero deja al Leganés sin su goleador cuando se está jugando la permanencia y no existe reglamento que ampare a los pepineros para fichar. La baja por lesión de Dembelé le permitió a los catalanes recurrir de emergencia al mercado español pero no contempla que el otro equipo pueda reforzarse.
En fin, el Barcelona sumido en la mayor crisis de los años recientes a nivel directivo, con cambio de entrenador y lesiones por lo que resta de la temporada mantiene la ilusión del doblete gracias a un jugador que ha demostrado estar por encima del club.
Hasta la próxima semana.