José Mourinho manifiesta su disponibilidad para volver a ser “The Chosen One”.
Por:
TUDN
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“La diferencia con Pellegrini es que si el Madrid me echa yo no iré al Málaga. Iré a un club grande en Inglaterra o en Italia”.
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Tal vez no haga falta recordar al responsable de tan fría y cruel reflexión. Somos esclavos de nuestras palabras y aunque el tiempo transcurre existe la memoria colectiva y selectiva si resulta conveniente.
Fue en marzo del 2011 cuando José Mourinho lanzó este dardo sin imaginar que ocho años después su nombre seguiría vigente en el radar aunque de clubes como Olympique de Lyon o Borussia Dortmund aparentemente.
Desde que salió de Real Madrid con una Liga, una Copa del Rey y una Super Copa española sin gloria europea en sus tres años de gestión, el portugués ganó Liga y Copa de la Liga en su regreso al Chelsea, mientras que en Manchester United una Community Shield, una Copa de la Liga y una UEFA Europa League, pero la exigencia era pelear por Premier y Champions como lo demanda la historia de los Red Devils.
En seis años cinco títulos, nada mal para quien hoy se mantiene esperando la anhelada llamada de Florentino Pérez para volver a Real Madrid porque el retorno de Zinedine Zidane no ha disipado las mismas dudas y críticas que acompañaron a Julen Lopetegui y Santiago Solari: ¿cómo funcionar sin Cristiano Ronaldo?
Su salida de la Casa Blanca fue traumática. Llegó a poseer las llaves del club con el poder que le dio el presidente, dividió a los jugadores, profanó a las vacas sagradas y sólo le arrancó tres títulos al Barcelona de Guardiola con quien sostuvo una rivalidad que alcanzó los niveles más altos de encono.
No parecería que tuviera boleto de retorno, pero antes de la vital visita de Real Madrid a Estambul volvió a escucharse su nombre si los blancos caían ante Galatasaray. Se dice que el ru-MOU-r salió de las altas esferas del club hacia la prensa.
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Es una era donde además del duopolio Messi-CR7, los entrenadores son también motivo de culto. Hay seguidores de Mou, Guardiola, Conte, Klopp, etc. Tienen defensores a ultranza y detractores ácidos que no perdonan el mínimo síntoma de adversidad.
Han sido ganadores y en algunos cosas los campeonatos son la coronación de una de idea de juego admirada e imitada.
En el caso del de Setubal su estilo irrespetuoso pasaba a segundo término cuando le acompañaba la gloria. Roman Abramovich lo destituyó por segunda vez en el Chelsea y en el United fue incapaz de retornarlo al nivel que lo dejó Alex Ferguson, otro de sus viejos enemigos.
Hoy se encuentra desterrado. ¿Cuál de los grandes clubes europeos necesita a Mourinho? Real Madrid suena a necedad del presidente, en Barcelona imposible (aunque intentaron el regreso de Neymar), Juventus tiene a Sarri, Conte en Inter, Liverpool a Klopp, City a Guardiola, Bayern a Kovac, etc.
Tal vez la pregunta sea: ¿qué club necesita Mourinho? ¿Será la pieza que le falta al PSG para trascender en la Champions aunque la última vez que levantó la orejona fue en el 2010? ¿Por qué decirle 'no' a proyectos atractivos como OL o BVB plagados de jóvenes talentos?
En la sombra mira sigiloso, hace campaña para volver y es abierto a las entrevistas como si manifestara su disponibilidad para volver a ser “The Chosen One”.
