"Fue muy bonito jugar en el Real Madrid". Esa fue la frase definitiva. Lo dijo Cristiano Ronaldo al término de la final de Kiev, en dónde el Real Madrid ganó su decimotercera Copa de Europa (quinta del portugués en su cuenta particular, cuarta con el equipo blanco y tercera seguida). Apunten ese registro porque no lo volveremos a ver nunca. Podemos dar otros miles de datos inolvidables con los que el astro portugués ha deleitado a los madrileños. Se va un futbolista irrepetible y todo por el ego mal gestionado de dos personas muy poderosas.
OFICIAL: Cristiano Ronaldo deja el Real Madrid y ficha por la Juventus de Turín
El club italiano abonará 100 millones de euros al Real Madrid y 12 más por derechos de formación exigidos por el reglamento de la FIFA
La verdadera historia por la que la que CR7 se quería ir ya la contamos. Hemos seguido su culebrón al milímetro, hasta el punto de causar mofas en las redacciones de todo el planeta: ¿Hoy no hay nada del culebrón Ronaldo?, nos preguntábamos sarcásticos. Siempre ha habido algo desde que Mendes, el representante de deportistas más inteligente del firmamento, filtró el asunto. El protocolo de estos agentes es perfecto: primero, filtran (varios medios españoles se hicieron eco); segundo; calientan al comprador (el rumor de que el Manchester United le quería); tercero, hacen declaraciones (en este caso a medios portugueses diciendo que CR7 estaría agradecido al Madrid eternamente); cuarto, tranquilizan al comprador y, finalmente, se hace la operación con el 10% del traspaso (10 millones en este caso) para ellos. Un negocio redondo.
En el Real Madrid lloran en silencio. No con desconsuelo, pero se trata de llanto a pesar de todo. Han perdido a un hombre que les ha garantizado 50 goles por campaña (450 tantos en nueve años). Han dejado escapar a su mina de oro en derechos de imagen. Y todo porque los de Chamartín gestionan su ego de manera pésima. Si escribes algo negativo, es una conjura de la prensa antimadridista mundial. Si es positivo, callan y no otorgan. El caso es no aceptar la crítica. Porque todos saben que esto no hubiera pasado si Florentino hubiera atendido a los deseos explícitos de Cristiano sobre su nómina y demás gestos del club. Sí, es un poco mimado; pero, oye, se trata del mejor futbolista en la historia del club tras Alfredo Di Stéfano.
La Juventus ha sabido pescar en aguas revueltas. Esos son los pescados más sabrosos. El Calcio llevaba tiempo sin tener un jugador referente a escala mundial. Ya lo tienen. Será caro de mantener, pero la rentabilidad llegará. En el mercado del fútbol actual 112 millones de euros es una ganga y, aunque afrontarán una nómina elevadísima, también les caerán ingentes ingresos no esperados. Hablan incluso de que podrían hacerle un modelo de Ferrari exclusivo. La familia Agnelli, dueña de la Juve, también los es del gigante FIAT del que Ferrari es parte. La Liga española ha perdido valor. La italiana ha aumentado. Y las consecuencias no han hecho más que empezar.
El Real Madrid ha confimado la operación. Ellos no querían, pero Cristiano sí y lo ha forzado… Bla, bla, bla… Ahora anunciarán a Hazard en cuanto Bélgica termine su Mundial. Un bálsamo insuficiente para llenar el vacío que dejará la el 7 blanco. El Atlético de Madrid les espera el 15 de agosto en la final de la Súper Copa de Europa (con las cámaras de Univision estrenando el evento). Si ganan, Julen Lopetegui habrá ganado su primer título y la cortina de humo estará ahí. Si pierden, se viene el drama. La vida sigue sin Cristiano. Sobre todo para la Juventus de Turín.