El Tribunal Superior de Justicia de Brasil ordenó que el exfutbolista Robson de Souza 'Robinho' cumpla en una prisión de Brasil la condena de nueve años que se le impuso en Italia por una violación.
Robinho tendrá que pagar su sentencia por violación en una cárcel de Brasil
El exfutbolista fue condenado por la Justicia de Italia por su participación en una violación colectiva en Milán en 2013.
La corte homologó la condena impuesta en Italia en 2017 por mayoría, con nueve votos a favor y dos en contra, y por una mayoría aún más ajustada ordenó que el cumplimiento de la sentencia en régimen cerrado sea inmediato.
De este modo, Robinho tendrá que entrar en prisión antes incluso de poder presentar recursos de apelación a esta misma corte y al Tribunal Supremo.
La audiencia en la corte acabó con el suspense de una prórroga, ya que aunque la mayoría de los magistrados se pronunció ampliamente a favor del cumplimiento de la condena en Brasil, se produjo un empate en relación a la entrada inmediata de Robinho en prisión o a la posibilidad de que apelara en libertad.
Robinho, de 40 años, fue condenado a nueve años de prisión por la Justicia de Italia por su participación en una violación colectiva en Milán en 2013, pero nunca llegó a cumplir la pena debido a que regresó a Brasil, país que prohíbe la extradición de sus nacionales.
Las autoridades italianas solicitaron a la Justicia brasileña que homologase la condena y que, en consecuencia, determinase el encarcelamiento del exfutbolista para que cumpla la pena en su país de origen.
El juez instructor, Francisco Falcão, afirmó que un posible rechazo a la petición de la Justicia italiana significaría una nueva violación a la dignidad de la víctima, ya que el "criminal quedará totalmente impune por la incapacidad de Brasil de volver a juzgar el mismo hecho".
Dijo igualmente que un rechazo a la petición puede generar una crisis diplomática, ya que Brasil dejaría de cumplir sus compromisos de cooperación, así como un nuevo episodio de descrédito para la Justicia de Brasil, cuya falta de eficacia para sancionar criminales ha sido varias veces condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.