Volvió la liga española y con ella reapareció en un gran nivel el mejor jugador del mundo, Lio Messi.
Ruso Zamogilny | Los atributos del Messi de 2020
Hemos visto a Lio pasar de un encarador explosivo e indescifrable a uno con exquisitez técnica.
El máximo goleador histórico del Barcelona, la selección argentina y la liga española volvió como si nunca hubiera parado, intacto técnicamente.
Reapareció dominando el juego, asistiendo y haciendo goles (está solo a 1 de su anotación 700), algo ya normal para este extraordinario futbolista que aun con el correr de los años reafirma su status jornada a jornada.
Justamente de esos años que han pasado quisiera hablarles en esta ocasión. Para ello, necesitamos recordar la forma en que Messi irrumpió en el futbol mundial, con su estilo de juego agresivo cuando tenía la pelota, siendo un gambeteador por excelencia, encarador explosivo e indescifrable, un futbolista prácticamente imparable en el mano a mano, un especialista para jugar en espacios cortos, capaz de romper mediante la genialidad defensas cerradas y escalonadas.
Puedo asegurar que todavía permanece en nuestras retinas aquel tremendo gol contra el Getafe, un arrancón explosivo prácticamente desde atrás de media cancha, donde aquel Messi que aún no cumplía los 20 años de edad aceleró al máximo con la redonda pegada al pie, se quitó de encima varios hombres y con una finalización fantástica selló un gol que será recordado por siempre.
Aquel Messi tenía un cambio de ritmo mostruoso, muy diferente al Lio actual, donde a punto de cumplir los 33 años aun tiene destellos de aquel joven eléctrico, pero que ha sufrido la lógica metamorfosis que te da el tiempo, la experiencia y un mejor entendimiento del juego.
Contra Mallorca y Leganés el Messi 2020 muestra una menor explosividad/aceleración que en años anteriores, pero sigue demostrando una extraordinaria lectura de los momentos del partido y la máxima claridad para encontrar los espacios aunado a esa exquisitez técnica que le conocemos.
Hay que mencionar que los años le han regalado a Lionel grandes socios que le permiten explotar sus fenomenales cualidades de pasador. Uno de esos casos es el de Jordi Alba, que es un arpón lanzado a máxima velocidad sobre la banda izquierda, siempre firme y directo al blanco, haciendo daño con movimientos de penetración que son entendidos perfectamente por el diez del Barcelona, creando combinaciones con una sincronía digna del reloj suizo más fino.
No puedo dejar de sentir nostalgia adelantada por lo que son los últimos años de la gran figura del futbol mundial. Aún le quedan por delante su meta más importante, el objetivo fundamental, el sueño imposible hasta el momento, el de levantar la Copa del Mundo.
Para muchos la única distinción que le falta para ser considerado el mejor jugador de la historia. Disfrutémoslo, estamos viendo los últimos años de un fuera de serie.