El centrocampista ghanés del Pescara Sulley Muntari dejó el campo anticipadamente en el duelo de la Serie A italiana (Primera División) contra el Cagliari como forma de protesta tras oír cánticos racistas desde las gradas.
Nuevo caso de racismo en el fútbol, ahora en la Serie A
Sulley Muntari del Pescara fue victima de las agresiones verbales de los aficionados del Cagliari.
Muntari protestó duramente al colegiado pidiéndole que interrumpiera el encuentro en el minuto 90 a causa de unos insultos racistas y dejó el campo después de que el árbitro no aceptara sus peticiones y hasta le mostrara la tarjeta amarilla.
El futbolista ghanés perdió la calma durante algunos minutos y terminó abandonando el césped del estadio Sant'Elia, dejando al Pescara con diez hombres en un partido que terminó 1-0 a favor del Cagliari.
No es la primera vez que se produce un evento parecido en el estadio del club sardo: en 2010, el Cagliari-Inter de Milán fue interrumpido durante algunos minutos después de que el camerunés Samuel Eto'o recibiera otros insultos racistas.
Al finalizar el partido, Muntari aseguró que fue un niño quién empezó los cánticos racistas y que él trató de darle el ejemplo regalándole su camiseta al descanso del partido, en una entrevista con la cadena italiana "Sky Sport".
Los cánticos racistas siguieron también en la segunda mitad y Muntari se acercó al público pidiéndole que parara.
El ghanés aseguró que lo que más le molestó fue la actitud del árbitro que, según su versión de los hechos, le recriminó "levantando la voz" y diciéndole que no interactuara con el público.
"El colegiado me dijo que no tenía que hablar con los espectadores. Me enfadé. Le pregunté si no había oído y por qué me decía esas cosas. Tienes que tener el coraje de parar el partido. Si no lo tienes, ¿quién eres?", afirmó.
"El árbitro no solo tiene que pitar, tiene que gestionar la situación. ¿Qué ejemplo somos? Esto no es fútbol", agregó.
El centrocampista del Pescara seguía muy fastidiado por la actitud del árbitro y le lanzó unas duras acusaciones.
"Él levantó la voz, si no hubiera reglas que prohíben tocar al árbitro, ya estaría debajo de la tierra. No puedes, yo respeto todo, pero no puedes levantar la voz si yo tengo la razón", aseguró.