Por más que la prensa especule que Gareth Bale no es titular con Zidane por temas de vestidor, la suplencia del galés responde más bien a temas tácticos que se reflejaron en la aplastante victoria del Madrid 3-0 ante la Juventus en Turín.
Análisis táctico | Zidane demostró su calidad como DT usando a su comodín
Jaque-mate maestro del míster francés en Turín moviendo a su pieza más valiosa: Francisco Alarcón
Bale podrá ser más explosivo que Francisco Alarcón, pero Isco es un jugador más inteligente con sus movimientos sin balón. La decisión de Zidane de regresar al mismo esquema de la final de Cardiff ante el mismo rival (el mediocampista malagueño por detrás de Benzema y de Ronaldo) permitió generar situaciones de mano-a-mano contra Chiellini y Barzagli.
Con Bale jugando de inicio, Zidane hubiera tenido que emplear un 4-3-3 con Benzema como referencia de ataque, lo cual hubiera permitido que uno de los dos zagueros italianos jugara más libre (de líbero, en otras palabras). La repetición del primer gol de CR7 no deja lugar a dudas: desubicado, Chiellini choca torpemente con Barzagli, quien a su vez le comete un penal a Benzema mientras el portugués hace su remate.
El reporte táctico de la Uefa demuestra claramente el modo en que Isco se desempeñó como "número diez": constantemente apareció en un extremo para asociarse con Marcelo, constantemente apareció en el otro para hacer lo propio con Carvajal.
Y así, además de permitir que los dos puntas merengues se enfocasen en encarar a los dos centrales bianconeros dentro del área, exhibió los errores tácticos de Allegri jugando con Alex Sandro y Douglas Costa como volantes, porque ambos brasileños ni atacaron, ni defendieron.
Zidane, además, supo modificar su esquema a tiempo para asegurar su retaguardia. Al minuto 58 sacó a Benzema para ingresar a Lucas Vázquez, pasando a Isco al lugar del delantero francés, e implementando un 4-4-2 con espacios cerrados. Se trató de otra decisión valiente del "Míster", pues Vázquez tiene lo que Bale no: sacrificio defensivo.
El resto del partido se resolvió tácticamente desde la lentitud de la zaga juventina y la velocidad de los jugadores merengues a campo abierto. El 3-0 final debe atribuírsele a la pizarra de Zinedine Zidane y a su jugador comodín: Francisco Alarcón.