Lisboa.- El Benfica venció este miércoles por la mínima al AEK de Atenas gracias a un golazo del falta del español Alejandro Grimaldo, que fue el mejor del partido.
El Benfica obtiene su pase a la Europa League a expensas del eliminado AEK de Atenas
Gracias a una genialidad de su mejor jugador en la cancha, Alejandro Grimaldo, los portugueses quedaron fuera de la Champions, pero se colaron a la Europa League.
En la primera parte, el Benfica lo intentó, pero no estuvo afortunado en el juego, que le costó los primeros pitidos de la grada en la recta final del primer tiempo.
En el segundo tiempo, los encarnados salieron algo más decididos que los griegos, sobre todo por la banda izquierda del español Alejandro Grimaldo, que mostró una y otra vez su capacidad de lateral ofensivo.
Sin embargo, la primera ocasión clara la tuvo tras un saque de córner la formación de Atenas en el minuto 62, con un remate fácil de cabeza de Oikonomou que se fue lamiendo la base del poste contrario.
La respuesta de las águilas fue rápida, ya que Grimaldo protagonizó una buena jugada por la izquierda con un centro al área pequeña para el ex de la Real Sociedad, Seferovic, que remató de zurda a placer, aunque el portero griego pudo despejar con acierto el esférico.
En el minuto 70, nueva jugada por la izquierda de la escuadra de Rui Vitória, que acabó con un buen centro de rosca del serbio Andrija Zivkovic para que rematara el suizo Seferovic, aunque el cabezazo se estrelló en el larguero.
El empuje local no cesaba y en el 78, tras una buena triangulación, el joven extremo portugués de 19 años Gedson Fernandes (que ya ha debutado con la absoluta lusa) se quedaba solo ante el guardameta, pero definió mal.
El partido estaba para una genialidad, que llegó en el minuto 88, tras una falta que lanzó de forma magistral el ex del Barcelona, Alejandro Grimaldo, que colocaba el 1-0 definitivo en el marcador y ponía la guinda a un partido muy completo.
La ventaja pudo ser mayor si en el 89 hubiera entrado un disparo de Seferovic que se estrelló en el larguero y botó junto a la línea de gol, ante la imposibilidad e la estirada del cancerbero visitante.
El partido era prácticamente intrascendente, ya que el AEK era, matemáticamente, último de grupo y el Benfica ya no podía optar a la segunda posición para pasar a octavos, por lo que se tenía que confirmar con la tercera plaza que le ha dado acceso a la Europa League.