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Koulibaly y el niño que se disculpó por los tifosi racistas
En Italia, el racismo es un problema constante, y el futbol es un gran escenario para que los grupos ultraderechistas se hagan notar con todo tipo de insultos.
Nacido en Francia, pero seleccionado de Senegal, Kalidou Koulibaly es uno de los mejores defensas del mundo. Desgraciadamente ha sido víctima del racismo.
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Kalidou Koulibaly salió al campo, con un niño de la mano, para enfrentar a la Lazio en el estadio Olímpico de Roma.
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El pequeño le dijo que si le regalaba su camiseta, a lo que el defensor de la Napoli accedió, pero al final del partido.
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Cuando tocaba el balón escuchaba ruidos extraños desde la tribuna. Se dio cuenta que sólo era con él y no con sus demás compañeros.
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Al principio creyó que era su imaginación, pues estaba concentrado en el juego, hasta que se dio cuenta que los ‘tifosi’ lo atacaban por el color de su piel.
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Eran gritos racistas, sonidos y gestos que imitaban a un mono. De inmediato la tristeza recorrió su cuerpo, nunca le había pasado algo similar.
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Por un momento pensó en retirarse del partido; pero recapacitó, no quería darle gusto a los racistas en las gradas.
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Confundido, cuestionó: ‘¿Por qué hacen esto?, ¿Porque soy negro? ¿No es normal ser un chico negro en este mundo?’.
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Massimiliano Irrati, árbitro italiano, se le acercó y le dijo: ‘Kalidou, estoy contigo, no te preocupes. Vamos a detener esos gritos. Si no quieres continuar el juego sólo dime’.
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El defensor reconoció el valor del árbitro para ponerse de su lado y enfrentar a los tifosi de la lazio.
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Koulibaly quería jugar el partido completo, mismo que se detuvo por tres minutos para que el sonido local advirtiera a la afición sobre su comportamiento racista. Pero los insultos no cesaron.
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Al final del partido, Kalidou se fue enojado al vestidor pero recordó que tenía una promesa que cumplir con el pequeño que lo había acompañado en la entrada al campo.
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Cerca del túnel, comenzó a buscar al pequeño hasta que lo encontró, se quitó la camiseta y la entregó. Antes de agradecer, el niño le dijo: ‘Siento mucho lo que pasó’. Koulibaly se quedó sin palabras.
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El defensor agradeció que el pequeño se preocupara por cómo se sentía, pero lamentó que se disculpara por lo que habían hecho miles de adultos en la grada.
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También se dio cuenta que el racismo no sólo es por el color de la piel, pues también insultaron a sus compañeros serbios e incluso a los napolitanos por ser del sur de Italia.
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De padres senegaleses, Kalidou nació en Francia. Creció en un barrio de Saint-Dié con una diversidad cultural enorme: ‘habíamos negros, árabes, musulmanes, cristianos, africanos, blancos, pero todos éramos franceses’.
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Había jugado futbol mil veces, antes de aquel incidente racista, por lo que no podía entender la actitud de la afición de la Lazio.
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Para Koulibaly hay tres cosas importantes en la vida: la amistad, la familia y la tranquilidad. El color de la piel, el lugar de nacimiento o la religión no es algo que condicione a un ser humano.
Claudia Gori/The Players' TribuneRelacionados: