El ambiente en el Nou Camp, el estadio del Fútbol Club Barcelona, respira fútbol, magia, eternidad… y, en ocasiones, política. Messi se encarga de dejar a todo aquél que lo visita un recuerdo futbolístico inmortal para que los afortunados puedan decir algún día: "Yo le vi jugar en directo". Algunos aficionados, por su parte, realizan y muestran impresionantes mosaicos a la salida de su equipo, con el afán de apoyar a los blaugranas en el importante instante en la que los protagonistas saltan al terreno de juego.
Un ingenioso mosaico con doble sentido
La afición del Barcelona recibió a su equipo con un mensaje de dos lecturas: ensalzar a Messi y, de paso, recordarle al Rey de España la última sentencia del tribunal de Estrasburgo.
Hasta este punto todo normal. Sin embargo, en todos los campos de fútbol de España se hacen determinadas reivindicaciones políticas en virtud del estadio o ciudad en el que te encuentres. Hoy, la salida del Barcelona fue singular. En un primer momento, el cartel rezaba: ´God Save The King´ (Dios Salve al Rey), lo que parecía una alusión a la última sentencia del Tribunal Superior de Derechos Humanos de Estrasburgo, órgano que condenó a España por imponer penas de cárcel a dos manifestantes que quemaron una imagen del Rey. El Tribunal Europeo argumentó que quemar fotos del Rey es libertad de expresión, aunque moleste.
A renglón seguido, en el hueco dejado entre ambas palabras, bajó un nuevo cartel en el que se podía ver a Messi rodeado de una corona de laurel, usada por los emperadores romanos.
Dios salve al Rey… Messi. Y todo quedó en ironía, inteligencia y decoración. Eso, y las tres obras de arte de Messi que si no es el Dios del fútbol, es lo que más se le parece.