Un solo momento puede marcar la carrera de un jugador sin importar lo que haya construido en toda su trayectoria. Es el poder de la imagen que queda atrapada en la memoria colectiva.
Raúl Méndez | Deudas de juego
El futbol tenía pendiente darle un título a Lionel Messi que finalmente ha saldado con Copa América.
En el caso del error o el fracaso, ese instante será siempre recordado y lo perseguirá incluso a posteriori hasta que tenga la oportunidad de revancha podrá liberarse de esa deuda. Los italianos son artistas en eso de cobrar vendetta, de resurgir con el drama que los distingue.
Desde el famoso Totonero cuando a finales de los años setenta Lazio y Milan fueron descendidos a la Serie B al descubrirse una red de apuestas clandestinas en las queestaban involucrados jugadores ilustres como el propio Paolo Rossi, quien tras cumplir la suspensión de dos años regresó para liderar a la Nazionale al título en el Mundial España 1982.
Más tarde lo volvieron a hacer en 2006. Mientras ganaban el Mundial de Alemania estallaba el Calcipoli y sus arreglos en las designaciones arbitrales. Como castigo a la Juventus le arrebataron dos scudettos y junto a la Fiorentina fueron enviados a la segunda división en tanto Lazio y Milán, otra vez inmiscuidos, sufrieron la reducciónde puntos.
De los actos de corrupción pasaron al mayor fracaso deportivo tras no clasificar al Mundial de Rusia. Roberto Mancini fue elegido para ser el capo del renacimiento italiano.
Mancini sumó al proyecto a Gianluca Vialli, su pareja incondicional en el ataque de aquella Sampdoria inolvidable que conquistó su única liga en 1991, primera para la región de Liguria desde que Genoa se coronó en 1924. Imaginen el tamaño de la proeza.
Además de Vialli, Mancini también tiene en su cuerpo técnico a Attilio Lombardo, otro integrante de la Samp entonces dirigida por el serbio Vujadin Boskov, célebre por declaraciones como “gana el equipo que hace más goles” o “es mejor perder 0-3 que tres veces 0-1”.
Ese histórico scudetto les dio el derecho de jugar la Copa de Europa pero perderían la final de 1992 contra el FC Barcelona, el mismísimo Dream Team de Johan Cruyff que se impuso con el zapatazo de Ronald Koeman en el viejo campo de Wembley.
Este domingo Italia volvió a levantarse del desastre y tanto Mancini, Vialli y Lombardo saldaron su deuda con el templo del futbol inglés. Si de morosos hablamos a Gareth Southgate lo persigue la desgracia de haber fallado ese penal contra Alemania en las semifinales de la Euro 1996 precisamente en Wembley.
El hoy seleccionador de los Tres Leones lamenta que su carrera como jugador se reduzca solamente a ese instante.Terry Venables lo mandó a tirar el sexto penal sin importar que antes sólo había cobrado uno y lo falló. Ni siquiera el triunfo sobre los germanos en la actual edición de la Euro lo liberó de la vieja deuda y aprovechó para ofrecer una nueva disculpa a sus compañeros de antaño y a la afición por lo ocurrido 25 años atrás.
Y fueron otra vez los penales que apartaron de la gloria a los “inventores del juego” siendo Southgate severamente cuestionado por sus decisiones.
Pero la mayor deuda la ha pagado Lionel Messi que ya respira tranquilo. Increíble que sigan los peros para un jugador de época. Somos afortunados de haber vivido en la era Messi-Cristiano o Cristiano-Messi, el orden es el mismo con este duopolio.
Fue tal la rivalidad de ambos como referentes del FC Barcelona y Real Madrid que sus detractores habitualmente se guían por los colores para juzgarlos.
La deuda la tenía el fútbol por todo lo que Messi le ha entregado.Hasta la próxima semana. Cuídense mucho, por favor.