Holanda sudó para ganar a la débil Luxemburgo y sumó tres puntos importantes tras vencer 1-3 en un duelo en el que reapareció con su selección Arjen Robben, que sólo disputó los primeros 45 minutos de un choque que su equipo ganó con algo de incertidumbre.
Holanda toma aire en Luxemburgo
La 'Naranja Mecánica' logró un triunfo contundente como visitante gracias al doblete de Memphis Depay.
El final del primer tiempo (1-1 en el marcador), no auguraba un final de encuentro tranquilo para Holanda, que coqueteó con un desastre que no se puede permitir después de su ausencia en la Eurocopa de Francia que se disputó el verano pasado.
El sorteo de grupos no fue benévolo con el cuadro 'Oranje' y, ubicado en el grupo de Francia y Suecia, el camino hacia el Mundial de Rusia no tenía pinta de ser nada fácil. Y más después de los primeros resultados, que incluyeron una derrota ante el cuadro de Didier Deschamps (0-1) y un empate frente a los escandinavos (1-1).
Por eso, el choque ante Luxemburgo era importantísimo para los hombres de Danny Blind, que por fin pudo contar con Robben. El jugador del Bayern Múnich no jugaba con Holanda desde el 13 de noviembre de 2015, cuando se enfrentó en un amistoso a Gales en el que marcó un par de goles. Su último duelo oficial data del 3 de septiembre de 2015 y perdió 0-1 con Islandia.
Desde entonces, Robben ha sido un testigo ajeno a la selección de los pocos que quedan de la vieja guardia. Junto a Sneijder, los más veteranos de Holanda, fue titular en Luxemburgo. Y, ambos, por precaución, se quedaron en el banquillo tras el descanso.
Hasta ese momento, Holanda pasó por encima de su rival, que aguantó el vendaval de la 'Oranje' hasta el minuto 36, cuando Robben, después de disfrutar de varias ocasiones, acertó con un zurdazo desde dentro del área tras un pase de Davu Klaassen.
Sin embargo, en una jugada aislada, justo al borde del descanso, Luxemburgo empató de penalti. Joshua Brenet derribó a David Durpel y Maxime Chanot no falló para meter el miedo en el cuerpo a la selección holandesa.
La incertidumbre duró hasta la aparición de Memphis Depay, que sentó a Sneijder en el banquillo y fue clave en la victoria de Holanda. Primero, con un gol de cabeza en el minuto 59 tras una asistencia de Daley Blind y después, en el 84, con otro de falta que sirvió para amarrar la victoria.
Al final, Holanda consiguió tres puntos clave para mantener sus opciones de llegar al Mundial. Cogió aire después de perder la anterior jornada y ahora, con siete puntos, los mismos que Suecia, es segunda del grupo A por detrás de Francia, que tiene diez.