Tantas maravillas se han dicho de la plantilla del Atlético que parecía que iba a ganar sus compromisos ligueros sin despeinarse. Que si Lemar, Gelson, Saúl, Griezmann… que si el Wanda, su nuevo estadio… que si entrenados por el mejor director técnico de España, Diego Pablo Simeone… Tantas cosas buenas sobre el papel y tantas cosas malas en realidad.
Un impreciso Atlético empata en casa con el Eibar en el último suspiro del partido
Los rojiblancos firman el peor inicio liguero de la temporada en la era Simeone. A pesar de las innumerables ocasiones tuvieron que remontar un gol en el 87 del Eibar para empatar a uno en el minuto 94
Los rojiblancos corren y pelean bravamente, como siempre, pero no dominan los partidos. Llevan dos encuentros su estadio y la misma tónica. Contra el Rayo ganaron con lo justo y hoy, contra el Eibar, sufrieron en exceso contra un rival teóricamente inferior. El cero a cero al término de los 45 minutos dejó esta lectura.
La salida de Gabi le ha sentado fatal a los colchoneros. El secreto del Cholo era precisamente ese: mantener año tras año el eje de Godín, Gabi y Koke. Se podían ir el resto, como se fueron muchas estrellas, pero el eje era sagrado. Ahora, sin uno de los estabilizadores del juego, el medio campo está demasiadas veces a merced de los rivales que, con propuestas defensivas, son capaces de hacer daño al Atlético.
Si bien es cierto que el Atlético dispuso de al menos tres ocasiones claras para romper el marcador, el Eibar mostró sensación de peligro y disputa en la medular. Incluso dispuso de una buena ocasión para desnivelar el marcador en la primera parte.
Con casi 70,000 personas en las gradas los jugadores colchoneros se transformaron tras el descanso y decidieron resolver esto en los primeros cinco minutos. La avalancha fue terrible para la portería defendida por Marco Dmitrovic. El arquero del Eibar lo sacó todo: un cabezazo de Godín, dos manos a mano con Costa e, incluso, tuvo la suerte necesaria en un remate a dos metros de la línea de gol que Koke desaprovechó.
Tras el acecho sin resultados, la prisa del Atleti por marcar trajo ansiedad. Esta se mezcló con la imprecisión y los madrileños quedaron sumidos en una peligrosa combinación de al menos cinco oportunidades clarísimas que no vieron puerta. Entonces, la desesperación se convirtió en tragedia con el gol del Eibar en el minuto 87. Un balón desde la derecha controlado por De Blasis, cuyo centro lo aprovechó Sergi Enrich para ponerse por delante.
Al Atlético le quedaban 5 minutos con descuento para al menos dejar las tablas en el marcador. Godín estrelló un balón en el larguero tras un córner. No era el día del Atleti. Hasta que al final Borja Garcés, un canterano, firmó el empate tras un balón que le entregó Correa al borde del área.
El Metropolitano ya se parece más al Calderón. Tardes así también son tradición entre los rojiblancos.