La igualdad entre el Valencia y el Atlético de Madrid provocó un justo empate en un partido intenso y emocionante pero con pocas ocasiones de gol, en el que el conjunto valenciano llevó algo más la iniciativa frente a un rival que buscó su objetivo a la contra.
Valencia y Atlético de Madrid reparten puntos en Mestalla
Ni los naranjeros y colchoneros aprovecharon el tropiezo del Real Madrid para escalar posiciones en la tabla general en España.
El Valencia demostró que la distancia con el Atlético en cuanto a juego se ha reducido desde la pasada campaña a base de orden, criterio y calidad.
Su rival empezó mejor y cuando no estuvo por encima del Valencia, supo controlar a su ponente a base de confianza y, sobre todo, experiencia.
El partido empezó con mucha intensidad, sobre todo por parte del Atlético de Madrid, que se adueñó del balón y jugó muy cerca de la meta de Neto durante los primeros diez minutos.
Enfrente tuvo a un rival al que le costó encontrar el ritmo del choque. Lo consiguió a partir del cuarto de hora de juego, momento en el que el encuentro se empezó a ajustar a lo esperado, con un equipo local más dominador y un Atlético dispuesto a sorprender a la contra.
Así, uno y otro equipo se entregaron al máximo, no dieron respiro al rival y mostraron su solvencia para evitar cualquier sorpresa a base de concentración y orden táctico.
Consecuencia de todo ello fue el control del juego por parte de los locales, pero también la falta de ocasiones de gol puesto que ninguna defensa, en especial la del equipo madrileño, presentó fisuras.
La única excepción estuvo, en una de las fases de mayor dominio valencianista, en un balón perdido por Kondogbia, que Vietto desaprovechó con un remate alto (m.31).
De ahí al descanso, ambos equipos se soltaron un poco, recuperaron más balones y hubo acciones de ida y vuelta, pero que no conllevaron peligro ante una de las dos porterías, por lo que el 0-0 con el que se llegó al descanso reflejó en gran medida lo visto durante los primeros 45 minutos.
La intensidad y la lucha continuaron al mismo nivel tras el descanso de un encuentro sin tregua, pero en el que ambos equipos eran conscientes de que cualquier error podía ser definitivo.
Prueba de que la tónica del encuentro no había variado fue que el control territorial del partido se decantó ligeramente a favor del Valencia, aunque el equipo de Marcelino García Toral no se lanzó decididamente al ataque, consciente de la fortaleza del Atlético a la contra.
Pasado el ecuador del segundo periodo, el encuentro dio un giro y el Atlético recuperó la presencia de los primeros minutos, en definitiva, el partido se igualó con alternativas para los dos equipos.
Ninguno de los dos renunciaba al ataque, pero ambos eran conscientes de la importancia de obtener un punto ante la entidad del rival, a pesar de que los cambios en unos y otros, a excepción del lesionado Garay, demostraron intenciones ofensivas.
Al final, no hubo goles en un partido sin ocasiones, pero el encuentro ofreció un buen nivel futbolístico, aspecto en el que quizá el Valencia ofreció un poco más que su rival.