Venezuela y su fútbol de menores; alegrías inesperadas

Por Omar Carrillo
@OmarCarrilloHH

Como ya ocurrió en octubre pasado, Venezuela -sigilosamente- se coló a la palestra del fútbol mundial para de pronto, de golpe y sin previo aviso sorprender a todos e intentar tomarlo todo para sí.

Lo hizo, primero, con el talento de Deyna Castellanos en el Mundial Sub 17 femenil de Jordania y lo ha repetido ahora en el Mundial Sub 20 varonil en Corea del Sur.

Un par de alegrías inesperadas en momentos complejos de un país sumido en una crisis política, económica y social desde hace algunos años.

Porque si bien es cierto que el fútbol no pasa desapercibido, no es ni con mucho el deporte más popular de aquella nación sudamericana. Ese puesto le corresponde al béisbol y su fútbol ha ido históricamente dando tumbos por ahí donde va pasando.

Nunca ha clasificado a una Copa del Mundo absoluta y ahora mismo marcha en el fondo de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018 con solo seis unidades en 14 partidos y está prácticamente eliminado.

Sus clubes tampoco guardan mucha historia bajo sus botines y en Copa Libertadores ninguno ha ido más allá de los cuartos de final.

Por eso mismo que el grupo dirigido por Rafael Dudamel y comandado por Yeferson Soteldo se haya colado a las semifinales es una sorpresa de grandes proporciones. Tanto o más que el de las chicas hace tan solo unos meses.

Su campaña en el torneo asiático ha sido perfecta y ha llamado la atención desde el primer momento.

Venció a Alemania 2-0 y luego 7-0 a Vanuatu 7-0. Cerró su actividad en el grupo B con un 1-0 sobre México.

Ya en la ronda de octavos de final se impuso a Japón 1-0 y en los cuartos 2-1 a Estados Unidos. Ahora mismo espera ya su semifinal ante Uruguay el próximo 8 de junio.

Con tan buenos números, lidera varios departamentos. Son el equipo más goleador del campeonato con 13 tantos a favor y el menos goleado con un gol en contra en cinco duelos.

Sergio Cordova disputa el título de goleo con cuatro anotaciones. Las mismas que el estadounidense Joshua Sargent y el francés Jean-Kevin Augustin, pero ambos ya no jugarán más porque sus selecciones están ya eliminadas.

La sorpresa de las chicas en Jordania terminó en las semifinales. Se enfrentaron a Corea del Norte -a la postre campeonas del mundo- y cayeron 3-0.

Luego en el partido por el tercer sitio España les venció 4-0, pero el fútbol y sus desplantes colectivos e individuales ya habían dado de que hablar alrededor del planeta fútbol.

Dudamel y sus muchachos buscarán romper ahora ese hito histórico cuando se enfrenten a Uruguay.

Los antecedentes más recientes entre ambos cuadros se dieron en el Campeonato Sudamericano de la categoría celebrado en enero pasado en Ecuador.

Jugaron dos veces. Empataron sin goles en la fase de grupos y después ganó 3-0 la Vinotinto.

Pero más allá de una victoria o una derrota, este grupo de jóvenes -justo como ocurrió con el de las chicas- , ha venido a ser un bálsamo, una pequeña isla en un mar de problemas en una nación con una crisis galopante y que amenaza cada minuto con desbordarse.

Es cierto, no resuelve ninguno de los problemas diarios del pueblo venezolano. Ni uno solo, pero un triunfo -más si es uno histórico e inesperado en un deporte que ha dado solo penas- es una gran noticia y las buenas nuevas regaladas siempre podrán dar para una sonrisa extra y una alegría más. Aun, o sobre todo, en tiempos de crisis.