En 2007, el cubano Rafael Capote representaba a su país en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro. La semana pasada, el balonmanista aterrizó nuevamente en la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos, pero para disputar el medallero por Catar.
El equipo olímpico de Catar, atletas de 18 países en busca de una medalla
Con balonmanistas de Cuba, corredores de Sudán y hasta voleibolistas del mismo Brasil, apenas 16 atletas de los 39 que envió esta pequeña nación petrolera son cataríes.
Capote es uno de los 23 atletas procedentes de al menos 17 países reclutados por esta pequeña nación petrolera de Oriente Medio para impulsar su perfil deportivo en Río 2016. Solo los 16 atletas restantes, de los 39 que envió ese país, son cataríes.
Una de las principales apuestas de Catar es el equipo de balonmano, pues 11 de sus 14 jugadores son extranjeros. Pero hasta el momento, su desempeño en los Juegos ha sido disímil, pues derrotaron a Croacia pero perdieron frente a Francia.
Para algunos críticos, la estrategia catarí es la de "crear un equipo falso", como consideró el exárbitro de la Federación Internacional de Balonmano Christer Ahl al diario londinense Sunday Telegraph.
"Están poniendo a jugadores sin una conexión aparente al país y son echados (del equipo) si no contribuyen con una medalla u otro galardón", agregó Ahl.
Pero para estos atletas nacionalidados jugar por Qatar es su única posibilidad. ¿Qué puedo hacer? Catar me ha dado la oportunidad de jugar en los Olímpicos. Es el sueño de cualquier deportista", confesó el croata Marko Bagaric, uno de los integrantes del equipo de balonmano, según fue citado por The Washington Post.
Bagaric es compañero de otros balonmanistas de alto perfil como Bertrand Roine, quien se llevó la medalla de oro en el campeonato mundial del 2011 jugando por Francia, Danijel Saric, un bosnio-serbio considerado como el quinto mejor guardameta de esa disciplina, y Zarko Markovic, un montenegrino que ayudó a Catar a lograr la medalla de plata en el campeonato mundial de 2015.
Incluso el técnico es de otro país: Valero Rivera de España, quien logró el oro en el campeonato mundial de balonmano en 2013.
"La oportunidad de tu vida"
Otro factor clave que alentaría a estos jugadores a cambiar de bandera es el salario. El exárbitro Ahl lo reconoce: "El elemento obvio es que son extremadamente generosos al pagarle a los candidatos a la medalla de oro, pero también le dan apoyo para entrenamiento y competencias, algo que viniendo de un país pobre es difícil de obtener", detalló citado por el Telegraph.
"Si eres de los Balcanes o de un lugar similar, y no eres parte del equipo nacional o rara vez calificas, esta es tu oportunidad de ser parte de este gran evento, de estar en los Juegos Olímpicos o de viajar a Río. Es la oportunidad de tu vida", agregó.
Li Ping, un chino que juega tenis de mesa por Catar, aseguró que "atesora la oportunidad" de poner estar en los Juegos Olímpicos. "En el pasado, representanto a China, me era muy difícil lograr un lugar en el torneo internacional, imagínate en los Juegos", dijo citado por The Washington Post.
Catar debutó en unos Juegos Olímpicos en 1984 en Los Ángeles. Pero ha logrado llegar al podio en apenas tres ocasiones, para alzar medallas de bronce (en Barcelona 1992 por pista y campo, Sídney 2000 por halterofilia, y Londres 2012 por pista y campo).
En Río 2016 quiere ir por más, y por eso, además del equipo de balonmano mayormente extranjero, envió corredores de Sudán, boxeadores de Alemania, jugadores de tenis de mesa de China y hasta voleibolistas del mismo Brasil.
Catar no es el único país que nacionaliza atletas para que jueguen por él. Pero es el que lo ha estado haciendo con mayor ímpetu. Las reglas del Comité Olímpico Internacional solo estipulan que un atleta debe esperar tres años antes de representar a una nación diferente.