Los Juegos Olímpicos siempre son el sueño de cualquier deportista, pero qué haces si enfrente tienes a un monstruo en tu prueba, la lucha grecorromana. Uno que ha ganado todo y que no dá visos de debilidad.
Yasmani Acosta y su fabulosa historia para ser medallista olímpico
El luchador chileno desertó de Cuba para no competir con Mijaín López por un lugar en los Juegos; se enfrentaron en la final en Paris 2024.
Yasmani Acosta nació en Matanzas, Cuba, mide 1.95 metros y pesa 130 kilos. Y no tenía oportunidad ante su amigo y mentor porque en lucha solo va a los Juegos un representante por país. Solo había algo que hacer: desertar.
Así que en abril del 2015 cuando se disputaba un Panamericano de Lucha en Santiago de Chile decidió hacerlo.
Salió del hotel de concentración y llamó a su amigo el luchador chileno Andrés Ayub que lo llevó a un motel de parejas en la icónica Marin 014 donde pasó varios días. La historia cambió por completo para él.
Se volvió guardaespaldas y portero de discotecas un tiempo, hasta que la Federación de Lucha de Chile lo acogió y se le otorgó la nacionalidad chilena por gracia en el 2018.
Luego se fue a vivir a España y siguió compitiendo. En Tokio 2020 quedó en quinto lugar de su prueba cumpliendo el primer paso de su sueño.
En Paris 2024, todo lo tenía muy claro, llegar a la final y enfrentar a Mijaín. Y lo logró.
La historia tuvo un plus, sí perdió la final, pero vio a su amigo retirarse tras ganar su quinto oro olímpico y dejar sus zapatillas negras sobre el colchón de combate, su manera de decir adiós.
Ahora con 36 años, Yasmani tiene el panorama libre en su categoría, sin Mijaín, y no piensa desaprovecharlo.