El caso de Jürgen Damm, quien no ha podido firmar contrato con Tigres debido a que Pachuca aún no le da su finiquito, es un ejemplo más de las situaciones, cada vez más recurrentes, de jugadores jóvenes que se “revelan” a las Directivas de los clubes del fútbol mexicano, poniendo en riesgo, incluso, su carrera.
Jürgen Damm entró al club de los chicos rebeldes de la Liga MX
Jugadores jóvenes que se “revelan” a las Directivas de los clubes del fútbol mexicano
Damm, quien fue el fichaje “bomba” del pasado Draft, se unió a futbolistas como Alan Pulido y Jesús Manuel Corona, quienes decidieron romper el cerco, y pese a las trabas e incluso contratos laborales, salieron de sus equipos en busca de alcanzar sus sueños. En el caso de los dos últimos jugadores, salir al balompié europeo.
En 2013, el “Tecatito” Corona se convirtió en el blanco de las críticas por su decisión de dejar a Monterrey en plena etapa de formación. Al mediocampista no le importó la polémica que se generó a su alrededor y terminó en Holanda, donde un año más tarde logró un buen año futbolístico con el Twente de la Primera División.
Un año más tarde el delantero de los Tigres, Alan Pulido se robó las cámaras, al dejar al club norteño, pese a que aún tenía contrato firmado. Y aunque el tamaulipeco ya jugó en la Liga de Grecia con el Levadiakos, el pleito sigue vivo ya que la Directiva felina aún pelea por que regrese y cumpla el convenio laboral. Su futuro todavía es una incógnita.
Edson Rivera, jugador formado en Atlas, enfrentó un capítulo similar en el año 2011. El atacante firmó con el Sporting Braga de Portugal sin dar aviso a la Directiva de los Zorros, lo cual fue mal visto por los dirigentes. Pese a todo pudo salir a Europa, donde tuvo una aventura muy corta.
Si bien el problema de Jürgen es diferente, resaltó que el juvenil diera a conocer que el Club Pachuca no le ha pagado su finiquito para poder firmar contrato con el equipo norteño. Situación que pocas veces se da a conocer en el balompié nacional, por temor a futuras represalias, aunque tal parece que la generación millenials del fútbol le hace honor a su definición y no le tiene miedo a expresarse y afrontar las consecuencias.
El volante derecho exige 5 millones de pesos para poder dejar al cuadro hidalguense, e incluso ha manejado la posibilidad de llevar el tema a juicio, ya que lo único que pide es que se le haga el pago por su traspaso.