Juegos Olímpicos

    A pesar de sus 18 oros, ¿es Michael Phelps el mejor deportista olímpico de la historia?

    Los argumentos a favor y en contra de la ‘Bala de Baltimore’ para estar por arriba de todos en el Monte Olimpo.


    Por:
    Dan Fridman Stalnicovitz.


    Imagen Getty

    Cuando uno determina al mejor deportista olímpico de todos los tiempos, los criterios a considerar pueden ser sumamente variados. Sin embargo, en cualquiera de ellos hay un nombre que está siempre presente, ese es el de Michael Fred Phelps II.

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    Nacido en Baltimore, Maryland, el 30 de junio de 1985, este nadador estadounidense se ha dedicado desde el inicio del tercer milenio a pulverizar los libros de records del deporte olímpico, a apropiarse del número de medallas doradas y totales en la máxima justa del deporte y, prácticamente, hacer un ritual de cada cuatro años el verlo subirse a lo más alto del podio.

    Michael Phelps llega a Río de Janeiro 2016 como el líder en solitario de medallas olímpicas conseguidas con 22, cuatro por arriba de la gimnasta soviética Larisa Latynina; también es el líder en medallas de oro con 18, el doble que otros cuatro míticos deportistas como la propia Latynina, así como el corredor finlandés Paavo Nurmi, el también nadador norteamericano Mark Spitz y el atleta y saltador del país de las ‘Barras y las Estrellas’, Carl Lewis.

    Estas marcas, además de las ocho preseas doradas conseguidas en Pekín 2008 que lo convierten en el máximo ganador en una sola edición olímpica, parecieran poner a Phelps por arriba de cualquier otro y sin discusión alguna, pero esto está bastante alejado de la realidad.

    ¿Cómo es posible que la persona que tiene el doble de medallas de oro que cualquier otro pudiera no ser el mejor?

    La respuesta no es tan complicada como parece; el principal argumento de los que ponen a otros deportistas por encima de Phelps en el olimpismo, es que la ‘Bala de Baltimore’ no ha ganado en todas las ocasiones que ha participado, no solo se toma en cuenta las dos platas y los dos bronces en su carrera, además se considera que en Sídney 2000 se fue sin metales. En cambio, hay otros como Usain Bolt, que en seis eventos en los que ha participado ha conquistado las 6 preseas de oro y nunca ha perdido si quiera una carrera, sea en finales o en series eliminatorias.

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    La especialidad de la natación y su longevidad como atleta de élite le han dado a Phelps la capacidad de poder colgarse oros como nadie, pero ese gran logro es casi incomparable con un tenista que, en un máximo ideal, solo puede llevarse el oro de singles y de dobles en unos Juegos Olímpicos. En cambio, un nadador es capaz, con los eventos de relevos incluidos, de verse involucrado en una disputa de una cantidad de medallas mucho mayor.

    Michael Jordan, siendo el jugador estelar de dos grandes equipos de básquetbol en Los Angeles 1984 y Barcelona 1992, pulverizó a quien enfrentó en todos los partidos que disputó. No obstante, la comparación con Phelps es muy complicada, ya que Jordan solo compitió en un deporte por equipos, por dos oros y jamás estuvo ni remotamente cerca de perderlos, ni si quiera un juego. El nadador, en cambio, sí llegó a estar debajo de alguien en una competencia de Juegos Olímpicos.

    Entonces surge otra duda, ¿cuál es el mejor criterio?, ¿cómo determinamos al ‘Rey del Olimpo’?

    La respuesta por frustrante y poco concluyente que sea es la arrasadora verdad: Todo depende del cristal con el que se mire.

    Lo que nadie discute es que cuando muy probablemente veamos a la ‘Bala de Baltimore’ nadar por última vez en unos Juegos Olímpicos tendremos que aprovecharlo.

    Alguna vez le podremos contar a nuestros nietos que vimos a una leyenda, así como nuestros abuelos o padres nos cuentan de otros grandiosos máximos representantes del movimiento instituido por el Barón Pierre de Coubertin, así nosotros podremos presumir de haber visto en una piscina olímpica al gran Michael Phelps.

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