Tras haber sido pospuestos los JJ.OO. de Tokio 2020, los aficionados quedarán en espera de poder asistir el próximo año, algunos tal vez obtengan el reembolso, y otros más no podrán definir su asistencia hasta saber en qué grado los afectará la crisis económica que sigue al COVID-19. Para los atletas no es tan diferente, muchos no saben en qué condiciones llegarán, si podrán llegar, o incluso, algunas como Simone Biles, si es que quieren llegar.
Ángulo Phantom: Esfuerzos de atletas en el aislamiento social
Los deportistas están buscando la manera de mantenerse en forma rumbo a Tokio 2020 a pesar de las dificultades.
Hay dosgrupos definidosde atletas. Los que obtuvieron antes de la pandemia su clasificación, es decir el 57%, de los 11,000 competidores que se esperan en lo s JJ.OO. y el 43% que no sabe qué será de sus sueños. A la fecha, y en espera de saber cuándo la vida volverá a la normalidad, nadie sabe qué sigue, el COI no se ha pronunciado y todo es un gran signo de interrogación.
Lo que une a los dos grupos al final del día es el confinamiento al que casi todos estamos sometidos. Hay preguntas éticas como: ¿Qué pasará con la ventaja comparativa de aquellos atletas que salgan antes de la cuarentena, como parece poder llegar a suceder a corto plazo en Alemania? Hay preguntas prácticas: ¿Cómo nadar si no se tiene alberca en el hogar? ¿Cómo entrenar como deportista de alto rendimiento en casa?
Llegar primero no es ventaja, o al menos ya no lo es para Haley Anderson, quien en julio del 2019 logró la medalla de plata en los 10km en mar abierto durante los Campeonatos Mundiales de Corea del Sur, y con ello fue la primera atleta del equipo estadounidense en lograr su clasificación para Tokio 2020. Anderson tiene previsto superar su medalla de plata de Londres 2012, y para ello entrenaba todos los días de la siguiente forma: dos horas de natación en la mañana, una hora aproximada de pesas posterior, más otra sesión de entrenamiento en la alberca en la tarde.
Previo al cierre de instalaciones, Haley entrenaba en el complejo olímpico de Colorado Springs, donde USA Swimming tiene su sede, que cuenta con un centro acuático de más de 4,000 metros cuadrados, y una alberca con cámaras aéreas y subterráneas para revisar la técnica de los nadadores. ¿Cómo compensar los doce kilómetros de entrenamiento diario durante el COVID-19? No es nada ortodoxo, pero la nueva rutina de la subcampeona olímpica utiliza botellas de cerveza y vino, no para beber, sino para poder simular el esfuerzo que hacen sus brazos en el agua mientras los estira estando recostada sobre una banca.
Haley no es la única, pero al final su esfuerzo individual y su adaptación al confinamiento es lo que le permitirá poder seguir compitiendo esperando superar la hazaña de Londres. ¿Qué pasa con los competidores que pertenecen a un equipo, cómo sobrevivir sin ver a tus compañeros?
Imagina competir en una disciplina que no sólo conlleva que cada quién haga su trabajo, como puede ser el voleyball o el basketball, imagina tener que ir a Tokio con la misión de que tu pareja realice los mismos elementos que tú, al mismo tiempo, como si fuera un espejo de tus movimientos.
Ese es el caso de Steele Johnson, quien junto con su compañero David Boudia, lograran la medalla de plata en la plataforma de diez metros durant e Río 2016, misma competición en la que los mexicanos Iván García y Germán Sánchez terminaron en quinto lugar.
Steele no tiene un gimnasio en su casa, mucho menos una alberca o una fosa de clavados. En casa ha tenido que improvisar con pesas y ligas más ejercicios de flexilbilidad. Si en los próximos juegos escuchamos la frase “Johnson mantuvo la vertical” habrá que recordar estos días cuando, a falta de fosa de clavados, Steele realizaba sus ejercicios parado en dos manos mientras sus dos labradores australianos lo buscaban para jugar.
Los nadadores lo tienen más difícil que algunos otros atletas que han podido improvisar mejores entrenamientos como la esgrimista italiana, y medallista de plata, Rossella Fiamingo, quien logró adaptar un maniquí para poder seguir sus entrenamientos en espera de poder clasificarse para los JJ.OO. Como ellos, muchos atletas siguen esperanzados en no perder la concentración, la forma física, el timing, y todo lo que conllevaba estar a punto para competir en unos cuantos días el sueño de lograr colgarse una medalla olímpica.