Lee el Capítulo 1: Veracruz 2014, la medalla de oro en corrupción para Javier Duarte y México
Capítulo 2: Los Tiburones Rojos, el "regalo" de Javier Duarte a Fidel Kuri
Un contrato de comodato que venció en enero de 2014 y no fue renovado le permite a Fidel Kuri beneficiarse de la marca del equipo de Liga MX
El 14 de abril pasado, ocho personas tomaron un avión a Guatemala para pasar Semana Santa. Típica escena familiar. Sin embargo, ellos viajaban a reunirse con Javier Duarte y su esposa, Karime Macías.
Entre los ocho iban los tres hijos de Duarte, pero quien llamó más la atención fue José Armando Rodríguez Ayache, concuño del entonces prófugo y quien, además, es el representante legal de los Tiburones Rojos del Veracruz.
Al día siguiente, Duarte fue detenido en un hotel de Guatemala y enfrenta una petición de extradición del gobierno de México.
No es difícil interpretar que Javier Duarte es aficionado al deporte. Los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2014 fueron prioridad para su gobierno, además de que este tuit dejó claro el orgullo que representaba para él ver a los equipos de su estado.
Esa publicación fue posterior al título de los Tiburones Rojos en la Copa MX del Clausura 2016, un bálsamo en medio de una crisis deportiva que los tiene a tres semanas de un posible descenso y, además, en medio de ajustes necesarios con la nueva administración del estado, que es menos condescendiente que Duarte con ellos. El Veracruz enfrenta tres partidos complicados, de visita ante Pumas, después recibe a Monterrey y termina ante Tijuana. Si la lógica impera, serán ellos los próximos inquilinos del Ascenso MX.
Al menos en el caso de los Tiburones Rojos, los autoelogios son fútiles. Según un reporte de la revista Proceso en diciembre de 2015, Duarte, como gobernador, firmó "un contrato de promesa de comodato y usufructo con la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, A. C., administradora del equipo de futbol Tiburones Rojos de Veracruz para favorecer a su propietario, el diputado federal Fidel Kuri Grajales".
De esta manera, Kuri podía explotar la marca del Veracruz y beneficiarse de ella de manera gratuita.
El contrato fue firmado el 13 de noviembre de 2013, sin embargo, nunca fue autorizado por el Congreso del estado ni tenía una vigencia, por lo que Duarte prácticamente le estaba entregando a Kuri al equipo y todos sus bienes, que son patrimonio de los veracruzanos.
El documento tenía una cláusula en la que se especifica que del 6 de junio de 2013 al 6 de enero de 2014, es decir, en un periodo de ocho meses, el gobierno estatal buscaría la autorización del congreso local, lo cual nunca ocurrió. Desde enero de 2014, Kuri administra al equipo sin sustento legal.
La Comisión de Juventud y Deporte del Congreso de Veracruz determinó que el acuerdo entre Duarte y Kuri era desventajoso para la entidad, por lo que se regresó el documento al gobierno del estado, que nunca hizo la segunda solicitud con las correcciones y ajustes prudentes.
En mayo de 2016, Fidel Kuri Grajales convirtió a los Tiburones Rojos en rehenes del proceso electoral al amenazar con sacar al equipo de Veracruz si el candidato de su partido, Héctor Yunes Landa, no ganaba la votación para gobernador. Y tal como podía preverse, la llegada de Miguel Ángel Yunes Linares (primo de Héctor) al cargo, del Partido Acción Nacional, ha traído un periodo de incertidumbre y jaloneos legales entre el estado y la familia Kuri. Fue la primera derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la elección para la silla más alta de Veracruz en 86 años.
“Si no gana Héctor Yunes, hay riesgo de que el equipo se vaya de Veracruz, no tengo estrategia, simplemente, o gana Héctor Yunes o el Tiburón tiene riesgo de que se vaya”, dijo en mayo de 2016 Fidel Kuri Grajales. El 5 de junio posterior, Yunes Linares ganó la elección. Por lo pronto, el "Tibu" sigue en el Puerto.
Las bolsas de Duarte
Los líos financieros y operativos del Veracruz no son asunto nuevo. Son una constante. En 2011, un grupo de exempleados del Veracruz exigió el pago de 15 millones de pesos por salarios caídos, vacaciones, aguinaldos y prestaciones. Eso fue, sin embargo, para el "viejo Veracruz", el equipo que desapareció ese año y jugaba en la Liga de Ascenso desde 2008.
En ese mismo 2011, los Albinegros de Orizaba, propiedad del gobierno del Estado, se convirtieron en Tiburones Rojos del Veracruz, que dos años después "ascendieron" al Máximo Circuito, pero no por la vía deportiva. En mayo de 2013, la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) autorizó que el club Reboceros de La Piedad se trasladara al puerto bajo el nombre "Tiburones Rojos del Veracruz".
Para que la FMF acepte que se adopte el apelativo de una franquicia desaparecida, la nueva administración debe cubrir sus adeudos.
La respuesta de Kuri en este sentido a los quejosos, que obtuvieron un laudo a su favor cargado a la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, A.C., fue "háganle como quieran. A mí me vale, y no pienso pagarles".
Julio César Arroyo, uno de los demandantes, quien fuera secretario técnico del equipo de 2004 a 2008, explicó a Proceso las formas de operar de la anterior franquicia de los Tiburones Rojos durante el gobierno de Fidel Herrera, el antecesor de Duarte.
Cada 15 días, Arroyo llegaba al Palacio de Gobierno en la capital del estado, Xalapa, para recibir bolsas negras con efectivo de manos del tesorero del estado. El dinero, en órdenes de millones de pesos, era para el pago de la nómina de jugadores y cuerpo técnico. Arroyo y su comitiva era custodiada de regreso al puerto por policía del estado, ya que portaban hasta 20 millones de pesos.
El tesorero, Javier Duarte, ordenaba a los empleados del equipo negar su participación en el proceso.