Tiene apenas 20 años y ya jugó 100 partidos en MLS. La evolución del uruguayo Diego Fagúndez rompe el molde de la liga, por el costado por el que se la analice. Explotó a los 16, con goles, asistencias y minutos en el New England Revolution, el club que lo formó y lo sigue moldeando.
Diego Fagúndez, trabajo duro y los pies sobre la tierra para ganarse minutos con los Revs
Levanta vuelo con sus 100 partidos en la MLS, gracias al trabajo duro y la correa corta
Es que el talentoso mediapunta nacido en Montevideo sigue siendo llevado con la correa corta por el entrenador Jay Heaps, que dosifica sus entregas y lo mantiene con los pies sobre la tierra.
No es fácil llevar a un adolescente que se puede llevar el mundo por delante en base a goles y gambetas. Difícil no soñar con ser el próximo Lionel Messi o manejar los autos de Cristiano Ronaldo cuando en el primer partido con el equipo profesional conviertes tu primer gol. Y más que en la siguiente aparición creas una asistencia para un gol ganador pasado los 90 minutos o inicias un partido como el jugador más joven en la historia del club.
Todo pareció una película en la vida de Fagúndez, que saltó a la primera división en 2011 incluido por el entonces técnico escocés Steve Nicol. Dar el salto al profesionalismo cuando todavía hay acné en la cara es algo reservado para los cracks en Sudamérica y en África. En Estados Unidos hay jugadores jóvenes que se destacan, pero ninguno tuvo la precocidad de Fagúndez.
Tras una temporada afianzado en el primer equipo llegó a la marca de 13 goles y siete asistencias en 25 partidos como titular, algo que le valió un llamado al seleccionado uruguayo sub-20. Entonces empezó “la montaña rusa”, como reconoció Fagúndez sobre la lucha por más minutos en el equipo.
Nunca tuvo la regularidad que lo catapultara como una mega estrella, tal vez por esa necesidad de Heaps de pulir de a poco al diamante. “Cuando está con las luces encendidas, Diego es brillante”, destaca el entrenador.
El problema es que no siempre se ilumina Fagúndez, a pesar de llevar 24 goles en su carrera en la MLS (es decir uno cada cuatro partidos). El uruguayo es habilidoso, atrevido y con el tiempo fue sumando nociones tácticas y mejorando la técnica. De eso se ocupa el coach Heaps, que le inculcó el trabajo duro. “Tengo que seguir practicando duro y cuando aparece la chance de iniciar el juego dar todo lo que tengo”, repite Fagúndez.
Lógico que no todo depende del que en sus primeros años en la liga se ganó el mote del “Justin Bieber de la MLS” (por sus cortes de pelo y la idolatría del público adolecente). La competencia interna en el ataque de los Revs es fuerte con el goleador Charlie Davies, el canadiense Teal Bunbury, el colombia-americano Juan Agudelo o el conductor Lee Nguyen.
Para ganarse los minutos que le den esa continuidad, Fagúndez debe exhibir lo mejor. Y algo de eso viene haciendo desde que quedó al margen del plantel sub-20 que viajó al Mundial de Nueva Zelanda. Parece motivado en demostrar que debe ser seleccionado entre los mejores.
En el lapso que Uruguay estuvo en Oceanía, Fagúndez anotó dos goles en tres partidos. Y fueron los primeros desde julio del año pasado.