La visita al Vicente Calderón demostró que el problema con el Granada no es ni técnico ni táctico ni mental, sino de resistencia física. Un gol de Isaac Cuenca a los 17 minutos puso a los nazaríes a competir transitoriamente, pero en el fútbol los partidos duran otros 73 minutos en los cuales el Atleti se dio un festín yendo y viniendo.
El Granada de Ochoa tira la toalla antes de tiempo frente al Atlético de Madrid
Iniciaron bien, pero su pobrísima condición física les cobró factura ante un Atleti preparado para correr maratones y anotar goles por docenas.
Quien tal vez sí aqueja una falta de confianza aguda es el Memo Ochoa. Instantes después de la anotación de Cuenca, el guardameta mexicano rechazó hacia el centro una pelota que cayó para el remate a gol del belga Yannick Ferreira-Carrasco. Poco antes del silbatazo de medio tiempo, Carrasco venció nuevamente a Ochoa para poner un 2-1 que habría de ser completado con otros cinco tantos durante la segunda mitad.
Gracias al entretiempo, el Granada recuperó algunas de sus fuerzas y logró oponer casi 20 minutos de resistencia a los embates de la escuadra de Diego Pablo Simeone. Sin embargo, cuando los andaluces se agotaron vino la masacre final: Griezmann superó por velocidad a todos y sirvió una diagonal de la muerte para el hat-trick de Carrasco.
El cuarto gol rojiblanco fue originado por Filipe Luiz por la banda izquierda, nuevamente superando por velocidad a dos adversarios y metiendo el balón al área en un tira-tira que terminó en el fondo de la red empujado por Nico Gaitán. El mismo Gaitán anotó el quinto mediante un enganche hacia afuera secundado por un tiro raso al poste en teoría resguardado por Ochoa.
Ángel Correa ingresó de cambio poco después y desde el costado hizo la diagonal hacia el centro, embocándosela a Ochoa en su poste más lejano para poner el sexto. Con el Granada absolutamente desfondado, Simeone introdujo al portugués Tiago quien se unió a las festividades fusilando en el área chica y decretando así el 7-1 definitivo.
Desde el descenso del Mallorca en la temporada 2012-2013 que un equipo de La Liga no exhibía tanta debilidad como este Granada. El Atlético de Madrid salió con las pilas puestas en modo Atlético de Madrid a correr maratones frente a un rival preparado para jugar sólo media hora, o quizás menos, a estos niveles.