En su historia en Juegos Olímpicos, México ha tenido deportes como el boxeo, los clavados y el atletismo (en la especialidad de caminata) que han tenido épocas maravillosas aportando al total de metales que este país ha conseguido en su historia.
El taekwondo quiere seguir siendo el único deporte que no ha fallado al olimpismo mexicano
Desde su inclusión como disciplina oficial en Sídney 2000, el tatami siempre ha sido escenario de medallas para la delegación azteca.
Pero todos ellos han tenido épocas prolongadas con ausencia en el medallero, el boxeo acaba de romper con 16 años de ayuno, la caminata sigue sin metales desde Sídney 2000 y los clavados solo sumaron una plata desde Barcelona 1992 hasta Atenas 2004.
Sin embargo, hay una disciplina que desde su elección como deporte oficial para los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 no se ha ausentado del medallero para México, esa es el taekwondo.
Desde Seúl 1988, este deporte fue incluido en el programa olímpico entre los eventos de exhibición y, a partir de entonces, México se situó como una potencia del mismo. En esta época como deporte no oficial, el máximo exponente azteca fue Víctor Estrada.
Estrada dominó el panorama de taekwondo durante todo el ciclo olímpico desde Atlanta 1996 hasta Sídney 2000 y llegó como el gran favorito al oro en la categoría de más de 80 kilogramos para la justa veraniega australiana.
Sin embargo, el nativo de Matamoros, Tamaulipas, sufrió la gran decepción de caer en cuartos de final ante el cubano Ángel Matos, tuvo que irse al repechaje donde sacó el orgullo y, con tres triunfos al hilo, se llevó un histórico bronce en el 2000, el primero para México en artes marciales.
Pero el legado de Víctor Manuel Estrada Garibay solo estaba comenzando ya que una serie de talentosos jóvenes ya se había creado buscando seguir el camino que había abierto su ídolo y, por decirlo se alguna manera, su ‘Sensei’.
En Atenas 2004, con la guía de Estrada aún como competidor un par de hermanos tomaron el puesto protagónico que ya había dejado Víctor, se trataba de Iridia y Óscar Salazar.
La bella Iridia cautivó a la afición mexicana y en la categoría de menos de 57 kilogramos, la capitalina perdió en semifinales ante la coreana Jang Ji-Won y tuvo que ganar dos duelos del repechaje para convertirse en la primera mujer con una medalla en taekwondo, fue de bronce.
Con menor expectativa llegó Óscar Salazar a la capital de Grecia y en la categoría de menos de 58 kilogramos el mayor de los Salazar se metió, por primera vez para su país, a la final olímpica donde acabó sucumbiendo ante Chu Mu-Yen de China-Taipei para colgarse la plata.
Pero tuvieron que pasar cuatro años para que México viviera por primera vez la gloria máxima sobre el tatami. Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 marcaron un parteaguas para el taekwondo mexicano con dos debutantes, el hasta entonces desconocido Guillermo Pérez y la favorita del país, María del Rosario Espinoza.
El primero en combatir fue el oriundo de Uruapan, Michoacán, que había vencido en la clasificación interna a Óscar Salazar en la categoría de menos de 58 kilogramos y que llegaba como una incógnita a China, pero al igual que su mencionado y gran rival en México, empezó poco a poco a ganar combates y, cuando nadie lo esperaba, se coló a la final ante el dominicano Gabriel Mercedes.
La pelea fue sumamente pareja y con un marcador de 1-1 se terminaron los tres rounds, con los que se tuvo que disputar otro con regla de ‘punto de oro’, el primero que marcara ganaría el oro, sin embargo, el tiempo expiró y nadie anotó por lo que una decisión de combatividad sería la que determinaría el oro.
Cuando el juez señaló a Guillermo Pérez Sandoval como el ganador en la madrugada mexicana, el país literalmente despertó en un grito de júbilo, por primera vez el taekwondo se sumaba a las historias gloriosas del deporte olímpico azteca.
Pero el ‘cuento de hadas’ de Pekín no terminó allí. Nacida en La Brecha, Sinaloa, ‘María Bonita’ enamoró a México con sus patadas que la colocaron en la final de la división de más de 67 kilogramos ante la noruega Nina Solhiem.
Espinoza dominó el combate de principio a fin y se impuso 3-1 para darle a México la segunda medalla de oro, con lo que el taekwondo se convirtió en el primer deporte que le daba dos medallas de oro a este país en unos mismos Juegos Olímpicos desde que la marcha lo hizo por última vez en la lejana edición de Los Ángeles 1984.
Para complementar esta corta pero rica historia del taekwondo olímpico mexicano se encuentra lo acaecido en Londres 2012, cuando de nueva cuenta María del Rosario Espinoza se subió al podio.
La sinaloense se quedó con la medalla de bronce tras perder polémicamente en los cuartos de final ante la serbia Milica Mandic, pero María sacó fuerzas de flaqueza en el repechaje, ganó dos combates para conseguir la medalla de bronce convirtiéndose en la primera mexicana con dos preseas en esta especialidad.
El primer día del taekwondo en Río de Janeiro 2016 no le dio a México un solo metal, por lo que en total México suma seis medallas en su historia en el tatami, dos de oro, una de plata y tres de bronce.