Por Luciano Wernicke:
El temible Nerón también fue campeón olímpico
Quien fuera emperador del Imperio romano utilizó su tiranía y extravagancia para ganar una prueba tras amenazar y sobornar a sus rivales.
Una carrera de sólo 192,28 metros de extensión. Así de humilde, así de simple, así de breve fue el inicio de los Juegos Olímpicos en el año 776 antes de Cristo. Un comienzo sencillo, que con el correr de las décadas y los siglos fue creciendo de a poco.
A través de sus sucesivas ediciones, los torneos crecieron en cantidad de participantes, que comenzaron a llegar desde todos los rincones del mundo heleno y, más tarde, desde las distintas provincias del Imperio romano. Asimismo, a la austera carrera de 192,28 metros se agregaron otras pruebas: dos estadios (llamada diaulio, de 385 metros), cuatro estadios (769) ocho (1.538 metros) y hasta 24 estadios (conocida como dólico, de 4614 metros).
Luego, aparecieron el Pentatlón (una competencia que combinaba cinco disciplinas: carrera, lanzamiento de disco y jabalina, salto en longitud y lucha), la hoplitodromía (carrera vistiendo armadura y cargando lanza y escudo), el pugilato y las cuadrigas tiradas por caballos, entre otras contiendas.
Lo Juegos progresaron no sólo en disciplinas y participantes, sino también en prestigio. La celebridad alcanzada por los campeones despertó la codicia de muchos monarcas y emperadores de pueblos antiguos, que decidieron participar para demostrar sus aptitudes en el deporte. Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno, ganó en carreras de caballo y cuadrigas en el año 356 a.C. Otro concursante fue el romano Nerón.
Los libros de historia y la película “Quo Vadis” exponen al emperador como un psicópata vanidoso y asesino. Además de ordenar sanguinarias campañas, liquidar a sus rivales y hasta a su madre, un hermano y a sus dos primeras esposas (a la segunda, Popea, la mató de una salvaje patada al estómago que le provocó un aborto y la muerte por desangrado), el déspota impulsó el desarrollo de las artes y mandó a construir numerosos teatros y escuelas.
Nerón se creía descendiente de Apolo y dueño de un talento sin igual para la música y la poesía. Sin embargo, los únicos que aplaudían y vivaban sus obras e interpretaciones eran los miembros de una ridícula claque que cobraba generosos salarios para halagar los oídos del monarca. En el año 67, el emperador se encaprichó con los Juegos Olímpicos y se propuso ganar una corona de olivo. A cualquier costo.
El tirano se inscribió en la carrera de cuadrigas y sobornó a sus rivales –y hasta los amenazó con la crucifixión- para que, a medida de que se extendiera la competencia, fueran desertando. Nerón terminó la prueba corriendo solo, y ganó a pesar de haberse caído torpemente en una curva. Los espectadores griegos miraron al cielo para cuestionar a sus dioses. Ninguno de ellos aprovechó el revolcón para bajar del Olimpo y quebrarle el cuello al dictador.
Y una más…
* En la Grecia antigua, los Juegos Olímpicos eran parte de un evento religioso y cultural.
* Participaban todas las ciudades-estado griegas, como Atenas, Esparta o Tebas.
* Durante los Juegos, estaban prohibidas las guerras entre las ciudades helenas.
* El primer campeón olímpico fue un cocinero de la región de Élide llamado Coroebo.
* Los Juegos duraban seis días y se realizaban junto al templo de Zeus en Olimpia.
* La palabra "atleta" deriva de Atleo, rey que habría organizado la primera carrera olímpica.
@LucianoWernicke