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    Gabriel García Márquez: el cronista y aficionado deportivo

    A 50 años de la publicación de su obra máxima, Cien Años de Soledad, recopilamos algo del trabajo y afición por el deporte del laureado escritor


    Por:
    Ricardo Otero.

    La obra de García Márquez es motivo de identidad para los colombianos.

    Imagen Getty Images
    La obra de García Márquez es motivo de identidad para los colombianos.

    Han pasado 50 de los Cien años de soledad. Vaya, para ser precisos y menos retóricos: el 30 de mayo de 1967 vio la luz la obra máxima del escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel en 1982.

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    Su narrativa con el inconfundible realismo mágico que lo caracterizó y su carrera periodística que lo llevó en sus años jóvenes al exilio son el sello del escritor, sin embargo, aún con el aura artística e intelectual que trascendió a su muerte, 'Gabo' era un aficionado confeso (quizás no recalcitrante) al deporte.

    De él se conoce su cariño al Junior de Barranquilla, equipo cuya localidad fue una de las ciudades donde vivió García Márquez en su juventud, como lo relata en su autobiografía Vivir para contarla. En junio de 1950, con 23 años de edad, escribió una crónica titulada "El juramento", donde narra su experiencia al ver un partido entre el Junior y Millonarios, en la época en la que militaba Alfredo Di Stéfano con el equipo bogotano.

    No debe ser casualidad la fascinación del escritor por el color amarillo, el principal de la bandera de su país y del uniforme de su selección de fútbol, el que consideró de fortuna y buena suerte, el de la rosa que llevó en el saco durante su última aparición pública, en su cumpleaños 87, un mes y días antes de su muerte.

    Cuando niño, como muchos colombianos, en su natal Aracataca, Gabriel jugaba fútbol y béisbol con pelotas de trapo con la esperanza de ser profesional algún día.

    "Empezamos a jugar con pelotas de trapo y alcancé a ser buen portero, pero cuando pasamos al balón de reglamento sufrí un golpe en el estómago con un tiro tan potente, que hasta allí me llegaron las ínfulas", recordó alguna vez el escritor.

    Su texto "El juramento" fue una de las varias notas que escribió para el diario El Heraldo.

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    Años después, en 1995, confesó la decepción que vivió meses atrás con la eliminación temprana de Colombia en el Mundial Estados Unidos 1994: "No pudo anotar ni el gol de la dignidad."

    Hay testimonios de que poco antes de cumplir los 80 años de edad, el escritor jugaba tenis en una cancha de un hotel en el que se hospedaba cuando visitaba Cartagena. El "deporte blanco" fue una afición que tomó García Márquez por motivos de salud: "Empecé a jugar tenis en el momento en que supe que me iba a morir", explicó al periodista Jorge García, tras recordar que en 1992 le extirparon un tumor en el pulmón derecho. 'Gabo' tomaba la raqueta, según contó el rotativo El Universal de Cartagena de Indias, a las seis de la mañana.

    Cambiemos de deporte y volvamos a la época de El Heraldo: ahí publicó también una serie de relatos sobre los legendarios boxeadores Joe Louis y Henry Armstrong.

    "Allá abajo, en los suburbios de la fama donde Joe Louis se encuentra ahora, quienes lo tuvimos como uno de los más valiosos mitos de la infancia tenemos que sentir, por fuerza, algo de ese dolor sin medida que debe sentir el coloso que, después de haber dado las mejores trompadas del mundo para instalar bares de negros en Harlem y para repartir dinero a manos llenas entre sus compañeros de raza, está dando las peores y, lo más triste de todo, dejándoselas dar para poder pagar los impuestos", escribió García Márquez en aquel entonces.

    También desde los años 50, dio fe de los grandes escaladores del ciclismo colombiano, específicamente Ramón Hoyos, ganador de cinco Vueltas a Colombia con una serie de 14 capítulos para narrar su vida.

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    Además, el título de su obra máxima, aunque no tiene nada que ver con los deportes, ha sido aprovechado como analogía por el medio deportivo. El que escribe se declara -para bien o para mal- culpable de ello. ¿Qué mejor símbolo latinoamericano para dar realce al último título de los Chicago Cubs en la MLB, tras 108 años sin conseguirlo?

    "Porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra."

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