Los jugadores de la selección francesa de rugby Hugo Auradou y Oscar Jegou comparecieron este viernes ante la fiscalía de Mendoza, donde se espera que sean imputados por presunta violación y golpes a una mujer tras un partido amistoso en esa provincia argentina el fin de semana pasado. Una noticia que opaca la alegría del pueblo Argentino por estar en la Final de la Copa América para jugar ante Colombia este domingo.
Jugadores de rugby son acusados de violar y ahorcar a una mujer en Argentina
Los jugadores salieron de fiesta, posteriormente fueron a un hotel con la supuesta víctima dónde habrían perpetuado el delito.
Los rugbiers, que llegaron a Mendoza (oeste) el jueves de noche tras un viaje por tierra con una comitiva policial desde Buenos Aires, "están ya con la fiscalía", dijo a la AFP el vocero del poder judicial de la Mendoza (oeste), Martín Ahumada.
Auradou, de 20 años, y Jegou, de 21, fueron acusados de violar y golpear a una mujer de 39 años en Mendoza, limítrofe con Chile, tras un partido contra los Pumas argentinos el sábado.
Natacha Romano, abogada de la denunciante, relató a la AFP que su clienta conoció a Auradou en un club nocturno de Mendoza el domingo de madrugada y luego fue con él al Diplomatic Hotel, donde se hospedaban los jugadores.
Tras entrar a la habitación, él "la agarra, la tira en la cama, la empieza a desvestir y salvajemente la golpea" y abusa sexualmente de ella al menos en seis ocasiones, detalló Romano. Una hora después entró Jegou y "de forma salvaje comienza con los mismos hechos".
El abogado defensor Rafael Cúneo -hermano del ministro de Justicia, Mariano Cúneo-, dijo el jueves que la relación fue consentida y que los rugbiers "desconocen absolutamente los golpes".
Auradou y Jegou fueron detenidos el lunes en Buenos Aires para evitar que salieran del país. El jueves fueron trasladados de una celda de Interpol de la policía federal argentina a un centro de detención en Mendoza para comparecer en la audiencia de imputación ante la fiscal Cecilia Bignert.
Si son hallados culpables, las jóvenes promesas del deportes francés arriesgan de ocho a 20 años de prisión.