En su historia en Juegos Olímpicos, México tiene 13 oros registrados en el medallero, sin embargo, hubo uno que se quedó en el imaginario colectivo, que aunque se consiguió por unos momentos, la realidad acabó siendo fúnebre.
La medalla de oro fantasma de México: Bernardo Segura y la pesadilla de Sídney 2000
El marchista azteca había cruzado la meta de los 20 kilómetros antes que nadie, la historia fúnebre llegó después...
Desagradablemente inolvidable resultó aquel 22 de noviembre del 2000 durante los Juegos Olímpicos de Sídney cuando se disputó la marcha de 20 kilómetros por las calles de la bella ciudad australiana.
Bernardo Segura, que había conseguido el bronce y la única medalla de su país cuatro años atrás en Atlanta 1996, era también una de las grandes esperanzas de esta delegación de colgarse un metal en la justa veraniega.
El marchista mexicano, junto con su compatriota Noé Hernández y el polaco Robert Korzeniowski llegaron parejos casi a la entrada del Estadio Olímpico, en ese momento, Segura adelantó y llegó a la pista de tartán como único líder.
Bernardo llegó primero a la meta, México había ganado su primero metal dorado en la marcha desde Los Angeles 1984 y el segundo en aquellos Olímpicos junto con la levantadora de pesas, Soraya Jiménez.
La fiesta era completa, oro y bronce para los aztecas, Noé Hernández llegó tercero y juntos, con la bandera con los colores verde, blanco y rojo y un águila parada en un nopal devorando a una serpiente, daban la vuelta al estadio con la ovación de pie de todos los asistentes y el júbilos de los pocos mexicanos en Oceanía.
En la zona mixta, Bernardo Segura era felicitado por Ernesto Zedillo, el entonces Presidente de México, cuando un juez se acercó al lugar y le mostró una tarjeta roja al andarín y le dijo que estaba expulsado.
Segura interrumpió la llamada con el máximo mandatario y visiblemente contrariado pedía una explicación, la incertidumbre se adueñó de todos los que veían la transmisión en territorio azteca, jamás había ocurrido algo similar, un marchista descalificado después de cruzar la meta.
Tras grandes momentos sin una explicación, se anunció que Segura había sido descalificado desde antes que llegó al estadio.
El entonces federativo de Comité Olímpico Mexicano, Mario Vázquez Raña decidió jamás protestar formalmente esta decisión y, aunque nunca hay una imagen clara del momento de la tercera amonestación y consecuente expulsión de Segura, la decisión no se cambió y México tuvo que conformarse con la plata de Noé Hernández ya que de tercero pasó a segundo lugar en la prueba por dicha determinación.
Bernardo Segura se quedó con las ganas de cantar el Himno Nacional Mexicano en lo que fue conocida como la ‘Medalla Fantasma’ del deporte olímpico mexicano.