La Villa que albergará a los deportistas que disputarán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro abrió sus puertas de manera oficial y comenzó a recibir a los primeros atletas, aunque obtuvo duras críticas de la delegación australiana.
La Villa Olímpica abre sus puertas
En un principio la delegación australiana rehusó instalarse en la villa por problemas de electricidad, agua y gas.
Los australianosse rehusaron por el momento instalarse en la villa después de que una parte del equipo detectara problemas de electricidad, agua y gas y "mucha suciedad" en las instalaciones, según relató la jefa de la misión de la delegación, Kittyv Chiller.
La alcaldesa de la villa, la exjugadora de la selección brasileña de baloncesto Janeth, aseguró que las instalaciones "no están todavía al cien por cien", pero confía en que todo será "resuelto" en los próximos días.
"Las reclamaciones son normales, los primeros días que llegas siempre encuentras algunos problemas. Eso sucede en todas las obras grandes, hasta dentro de casa", comentó Janeth, medalla de plata en los Juegos de Atlanta 1996 y bronce en Sydney 2000.
Tras el incidente, el Comité Olímpico de Río de Janeiro contrató a 500 funcionarios para solventar contra reloj los problemas identificados hasta el momento.
Algunas de las delegaciones que ya han comenzado a acomodarse en la Villa Olímpica, además de la brasileña, son la de Italia, Alemania y Canadá, aunque se espera que el número de deportistas de otros países aumente en los próximos días.
El condominio, compuesto por 31 edificios y amplias áreas verdes, canchas para diferentes deportes y locales comerciales, está situado en el barrio carioca de Barra de Tijuca, a unos tres kilómetros del Parque Olímpico.
La Villa fue construida sin recursos públicos por empresas que se adjudicaron los derechos a erguir edificaciones mayores a las permitidas en esa zona y a vender luego los 3.604 apartamentos, aunque por el momento sólo han sido comercializados poco más de 250.
La apertura de la Villa Olímpica para los deportistas coincide con el inicio de la restricción del espacio aéreo brasileño, lo que impide, incluso, vuelos en parapente y ala delta.
Además, las Fuerzas Armadas brasileñas comenzarona patrullar las calles de Río de Janeiro con el fin de reforzar la seguridad de cara a la competición, que comienza el próximo cinco de agosto