Un fiscal federal que investiga los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016 dijo que la mayoría de las sedes de la competición "son trastos" que se construyeron "sin planificación".
Las sedes de Río 2016 son "trastos" construidos "sin planificación"
Un fiscal federal de Brasil acusó el descuido de las sedes de competencia de los pasados Juegos Olímpicos y su falta de uso después del evento
El feroz informe ofrecido durante una audiencia pública confirma los reportes de la agencia Associated Press varios meses después del final de la cita olímpica. Muchas de las sedes están vacías, cerradas, no tienen inquilinos ni ingresos y es el gobierno quien asume los costos de su mantenimiento.
"No hubo planificación", señaló el fiscal federal Leandro Mitidieri durante la vista sobre los Juegos. "No hubo planificación cuando presentaron la candidatura a acoger los Juegos. No hubo planificación".
Hoy son trastos", agregó Mitidieri. "Lo que estamos intentado ver es cómo transformar esto en algo utilizable".
Río de Janeiro gastó unos 12 mil millones de dólares en la organización de los Juegos, que se vieron salpicados por un recorte de gastos, baja asistencia y reportes de sobornos y corrupción vinculados a la construcción de algunas instalaciones.
El Parque Olímpico de Barra da Tijuca, en los suburbios de la ciudad y el lugar donde se concentraban más sedes, es una amplia extensión de estadios vacíos donde todavía quedan restos de las competiciones. El segundo centro en importancia, Deodoro, en el norte de la ciudad, está cerrado a pesar de los planes para reabrirlo convertida en un parque público con piscinas para los habitantes de la deprimida zona.
Patricia Amorim, vicesecretaria de Deportes de la ciudad de Río, dijo que los publicitados planes para desmantelar una de las sedes, la de balonmano, y construir cuatro escuelas con los restos están en suspenso.
"Se desmantelará", dijo. "Estamos esperando a saber si realmente tenemos recursos para construir esas escuelas en otros sitios, o si la desmantelaremos y esperaremos la llegada de los recursos. Nuestras escuelas necesitan ser reformadas y esta es nuestra prioridad, no los centros nuevos".
Nueve meses después del final de los Juegos de Río, el Comité Olímpico sigue debiendo a sus acreedores unos 30 millones de dólares y 137 medallas de las entregadas en la cita se están oxidando y tienen que ser reparadas.
El exalcalde de Río Eduardo Paes, el principal impulsor de la cita junto al Comité Olímpico Internacional, está siendo investigado por supuestamente aceptar al menos 15 millones de reales (cinco millones de dólares) en pagos para facilitar la construcción de proyectos ligados a los Juegos. El político niega su implicación en el caso.
Londres puso el modelo a seguir
A diferencia de lo que ocurre con las sedes de Río 2016, las de Londres 2012 fueron objeto de una larga planeación para evitar convertirse en "elefantes blancos" y dejó el modelo a seguir en cuanto al legado de los Juegos Olímpicos para una ciudad.
El Estadio Olímpico tenía tres opciones para su uso futuro: mantenerse como se construyó, con capacidad para 80 mil aficionados; desmontar la zona más alta de las gradas y dejarlo con aforo para 60 mil; o quedarse solamente con el nivel más bajo de tribunas, para 25 mil aficionados. Las dos zonas más altas del inmueble fueron diseñadas para que ese plan fuera posible y mantenerlo con un aforo grande dependía de que un equipo de la Premier League lo adoptara como su casa. Actualmente ahí juega el West Ham.
El Parque Acuático tenía 17 mil lugares para los aficionados que presenciaron las competencias de natación, clavados, nado sincronizado y polo acuático, pero meses después de los Juegos se quedaron solamente 2 mil y las piscinas están al servicio de los vecinos de la zona de Stratford.
Muchas sedes de competencia eran desmontables y desaparecieron tras los Juegos Olímpicos.
En sí el Parque Olímpico es hoy en día un área para la comunidad. Además, el plan incluyó una reestructuración en términos de seguridad, economía y hasta estéticos de Stratford, ubicada en el este de Londres, una zona que por siglos vivió marginada del desarrollo del resto de la ciudad.
Con información de Ricardo Otero