Antoine Griezmann es un francés que no parece francés: va por la vida tomándose selfies con sus amigos latinoamericanos en vestuarios y campos de entreno de La Liga de España. Amistándose con Diego Godín en el Atlético, él reforzó su gusto por el famoso té de yerba mate típico de Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina. Por las venas de Griezmann parece correr sangre latina.
Pese a ser inseparable de Godín, Griezmann aún es el 'BFF' de Carlos Vela
La amistad del francés y el mexicano no entiende de tiempo ni de distancia y conservan la buena vibra y buen rollo de sus tiempos en San Sebastián.
Quizá su primer gran cómplice de aventuras, sin embargo, fue el mexicano Carlos Vela. Griezmann es dos años más joven que Vela y su amistad creció en las buenas épocas de la Real Sociedad durante la temporada del 2011-2012. Como se sabe en México, al ‘Bombardero’ no le gusta hablar con la prensa ni hacer pública su vida íntima; pero Griezmann lo convenció de hacerse cuentas de Instagram y Twitter.
Los años maravillosos de Vela y Griezmann, futbolísticamente hablando, llegaron cuando la Real se clasificó a la Champions gracias a su dúo dinámico: solían jugar por los extremos con el nueve vasco Imanol Agirretxe como centro delantero, aunque a veces éste salía de cambio para permitir que Vela y Griezmann fueran las estrellas del show.
Y es que ambos comparten gustos que van más allá del balompié: los enloquece la NBA, les fascina la música de Chris Brown, también las canciones de Drake - Call Me On My Cell Phone- y seguramente ambos arrancan los suspiros de un sinnúmero de jovencitas locas por el fútbol español. Cabe señalar que también son ‘facheros’: uno se pintó el pelo color plateado y acto seguido el otro lo imitó.
A Griezmann le encantó el desempeño de su amigo mexicano frente al Barcelona. Dos disparos de Vela tuvieron la mala suerte de acabar rechazados por los postes de André Ter Stegen, pero la soberbia actuación de la Real Sociedad permite al Atleti seguir ilusionándose con aproximarse a la cima.
No cabe duda que, cuando los amigos siguen alegrándose los unos con los otros, la amistad no entiende de países ni de distancias. Ni mucho menos de equipos de fútbol.