MLB

    Dueño de los Red Sox y Liverpool FC, ahora quiere invertir en un nuevo deporte

    John W. Henry, también fue el dueño de los Miami Marlins, hasta 1999, cuando vendió la franquicia a Jeffrey Loria.


    Por:
    TUDN

    Y otros demostraron que ''billetera mata galán''. Tal es el caso de John W. Henry, dueño del Liverpool...su equipo no gana pero él sí.

    Imagen Getty Images
    Y otros demostraron que ''billetera mata galán''. Tal es el caso de John W. Henry, dueño del Liverpool...su equipo no gana pero él sí.

    El ejecutivo multimillonario, John W. Henry, dueño de dos equipos de trascendental historia, como los Boston Red Sox, en las Grandes Ligas, y del Liverpool F.C, en la Premier League, ahora desea invertir en una nueva aventura en la Nascar, reveló Nascar Fan Game.

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    El empresario ya ha dado pasos importantes en ese sentido, desde que en 2017 adquirió dos vehículos que compiten actualmente en el certamen automovilístico más importante de Estados Unidos, aunque un reporte de Bloomberg indica que ni él ni Nascar han confirmado lo dicho.

    Henry es el dueño de Fenway Sports Group, quienes también son los accionistas mayoritarios del Boston Globe, el periódico más importante de esa ciudad. Antes de todo eso, fue el dueño de los Miami Marlins, hasta 1999, cuando vendió la franquicia a Jeffrey Loria.

    La Nascar está atravesando algunos inconvenientes por la disminución de la audiencia, pero siguen teniendo lucrativos contratos con las televisoras en Estados Unidos y la presencia de Henry pudiera ayudar a levantar de nuevo a esa disciplina.

    El colombiano Juan Pablo Montoya es reconocido como el mejor piloto de autos de su país y uno de los mejores de latinoamérica. Su carrera comenzó en lo GoKarts y poco a poco fue ascendiendo hasta ir a Europa a competir en Fórmula Renault, Fórmula 2 y Fórmula 3000.
    Fue de esa última de la que dio el gran salto a la entonces CART Series al equipo Chip Ganassi Racing para ser, nada más y nada menos, que el reemplazo del gran Alex Zanardi quien había empacado maletas rumbo a la Fórmula 1. Era el año 1999.
    A Montoya le costó poco adaptarse a las nuevas condiciones en los coches del Champ Series y consiguió quedarse con siete carreras, además de integrar el podio en dos oportunidades más.
    Eso le valió para convertirse en campeón de la temporada en 1999 siendo a penas un joven novato. Ganassi lo mantuvo un año más en su escudería. Aunque no le fue muy bien en el campeonato, logró ganar las 500 Millas de Indianápolis.
    Su carrera profesional seguía en ascenso y para la temporada 2001 se unió a la gran carpa del automovilismo siendo piloto de la escudería BMW Williams: la Fórmula 1.
    El equipo europeo le volvió a abrir las puertas pero ya no como un piloto de pruebas sino titular, llegando a ser el Novato del Año con un triunfo en Monza y tres poles.
    A partir de su segundo año en la F1, Montoya se convirtió en una de las amenazas de Michael Schumacher. Sus duelos son unos de los más recordados en la historia de la categoría.
    El colombiano retó abiertamente al alemán, lo hizo sudar frío, pero al final nunca pudo arrebatarle la corona. Quedó tercero en la clasificación general en dos temporadas.
    Sin embargo, consiguió uno de sus triunfos más importantes: ganar el Gran Premio de Mónaco, su segunda gran corona del automovilismo junto a Indy 500.
    Al final de su etapa con Williams logró cuatro triunfos, 19 podios y 11 poles.
    Con ese registro pasó a ser piloto de Mercedes McLaren en un intento por conseguir finalmente el título mundial de la Fórmula 1.
    Sin embargo, solo se quedó un año y medio. En el 2005 llegó al quinto lugar en la clasificación general y en el 2006 se fue a mitad de temporada.
    Su gran amigo Chip Ganassi lo convenció de dejar la gran carpa del automovilismo para regresar a los Estados Unidos. Juan pablo estaba desilusionado por la alta injerencia de la tecnología en la F1 y quería reinventarse.
    Esta vez el reto era totalmente diferente, NASCAR lo acogía para seguir haciendo historia a pesar de no ganar el campeonato.
    Fue una época extraña. Desapareció para los radares en su país, pero en los Estados Unidos sorprendía por su gran característica, el riesgo a la hora de conducir.
    Fueron ocho años en NASCAR en los que logró dos victorias, 24 Top-5 y nueve poles. Además, estando allí logró su segundo triunfo –de tres– en las 24 Horas de Daytona.
    Lejos de Ganassi, la leyenda de Montoya en el automovilismo estadounidense continuó en el 2014 pero en su regreso a la IndyCar –antes CART Series– pero con el Team Penske.
    En cuatro años logró cuatro triunfos, incluido su segundo en las 500 Millas de Indianápolis en el 2015. En ese mismo año perdió el campeonato por número de victorias con Scott Dixon. Igualaron en puntos, pero el colombano tenía dos carreras ganadas y el local tres.
    Sin duda, el bogotano se convirtió en una leyenda del automovilismo y dejó en alto el orgullo de toda la comunidad colombiana e hispana que lo siguió siempre en cada una de sus aventuras sobre el asfalto.

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    El colombiano Juan Pablo Montoya es reconocido como el mejor piloto de autos de su país y uno de los mejores de latinoamérica. Su carrera comenzó en lo GoKarts y poco a poco fue ascendiendo hasta ir a Europa a competir en Fórmula Renault, Fórmula 2 y Fórmula 3000.
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