TOKIO — Ichiro Suzuki regresa a Japón para la que podría ser su último acto en las Grandes Ligas.
La Ichiromanía vuelve a Japón. ¿Se retirará o no?
Ichiro Suzuki es alguien que despierta el orgullo nacional nipón; el primer jugador de posición en brillar a lo grande en las Mayores, rompiendo el molde de que el país solo era cantera de lanzadores, y que peloteros como Ichiro era de poca estatura.
En una cultura que valora la seriedad, la prudencia y el respeto a la autoridad, Ichiro es un ídolo. Al hacer las cosas a su manera, se transformó en el beisbolista japonés más destacado de todos los tiempos, posiblemente su mejor deportista.
“Siendo muy joven, tomaba sus propias decisiones”, dice Keizo Konishi, un reportero de la agencia noticiosa japonesa Kyodo. “La vieja generación le dice a los jóvenes lo que deben hacer. Y más en el mundo del béisbol”.
Ichiro ha disputado 2,651 juegos en las Mayores desde que debutó con los Marineros de Seattle en 2001. Konishi los ha visto casi todos; desde Seattle hasta Nueva York, luego en Miami y de vuelta en Seattle. Y cientos más cuando inició su carrera con los Orix BlueWave.
La odisea le lleva de regreso a Japón, donde deberá jugar en una serie de dos partidos cuando los Marineros y los Atléticos de Oakland pongan en marcha la temporada el 20 y 21 de marzo en el Domo de Tokio.
¿Qué pasará después? Nadie sabe. Algunos japoneses quieren que Ichiro, de 45 años, se retire de una vez por todos, y los Marineros son un equipo que busca renovarse.
Solo hay algo definitivo en Tokio: la Ichiromanía está en su apogeo.
Es alguien que despierta el orgullo nacional; el primer jugador de posición en brillar a lo grande en las Mayores, rompiendo el molde de que el país solo era cantera de lanzadores, y que peloteros como Ichiro era de poca estatura. Se le admira por su éxito, el saber vestirse y su disciplina para entrenarse. Será el primer japonés en ser exaltado al Salón de la Fama del Béisbol, casi seguramente en el primer intento.
Para entender a Ichiro habría que señalar a su padre, Nobuyuki, quien sometió a su hijo a un rigoroso régimen de entrenamiento desde que tenía 7 años.
“Rayaba en la humillación y sufrió. Pero tampoco podía decirle que no”, dijo Ichiro al ser citado por el autor estadounidense Robert Whiting en su libro “The Samurai Way of Baseball” (El Método Samurai del Béisbol), que inicialmente se vendió con el título “The Meaning of Ichiro” (El Significado de Ichiro”).
Nadie se perdía los juegos por televisión cuando Ichiro se incorporó a los Marineros. Pantallas gigantes en el centro de Tokio mostraban y repetían cada juego, en una temporada en la que Seattle ganó 116 juegos en la temporada regular. Ichiro ganó el título de bateo, además de ser consagrado como Novato del Año y Jugador Más Valioso.
Algunos sospechan que Ichiro no se va a retirar tras los juegos en Japón, o dedicarse a ser un coach. Otros piensan que es hora que se retire.